Preservativos y enfermedades de transmisión sexual (ETS)

preservativos

Aunque el preservativo disminuye las probabilidades de contraer Sida, no logra proteger contra toda la variedad de ETS.

Si bien el uso adecuado y constante del preservativo reduce significativamente el contagio del Sida, no tiene el mismo resultado con otras enfermedades de transmisión sexual, como el Papiloma y el Herpes, ya que éstas también se pueden transmitir por prácticas de sexo oral y genital.

Preservativos y Sida

Un estudio realizado por el National Institutes of Health, (NIH), concluyó que la protección que ofrecen los preservativos o condones contra el virus del Sida o VIH, reduce la probabilidad de transmisión por acto sexual, con un 95% de seguridad. En parejas no infectadas, que lo usan de manera permanente, disminuye la incidencia de contagio entre un 90 a 95%.

En caso de no tomarse todas las precauciones respecto al uso adecuado y permanente del preservativo, los estudios establecen que la incidencia de contagio se reduce sólo alrededor de un 60%. Por lo tanto, la protección que ofrece el condón, depende de su eficacia como método, pero también de su forma de uso.

Estudios muestran que luego de intervenciones en grupos de comercio sexual, el uso del preservativo es más frecuente. Sin embargo, en poblaciones donde la enfermedad del Sida está ampliamente diseminada, en la pareja primaria, su uso permanece bajo. Otros estudios revelan que en 13 países de África, menos del 7% de las mujeres usó condón en la última relación sexual con su pareja regular. En Asia, encuestas a trabajadoras sexuales, arrojan los mismos resultados: la mayoría usa preservativos con sus clientes, pero menos del 40% lo usó en su última relación sexual.

Aunque una posible causa del bajo uso del condón, puede tener relación con los problemas de acceso y disponibilidad de ellos. Otros estudios muestran que aún cuando haya un fácil acceso a ellos, es la población la que decide con qué pareja usarlo.

Los resultados que ha mostrado Uganda son un ejemplo a imitar. En este país la evidencia de una reducción de la prevalencia del VIH, se debe más a los cambios conductuales de la población, que al uso de preservativo. Sin embargo, en otros países las cifras no son tan alentadoras. Por ejemplo, en Zimbabwe y Botsawna, pese a que las campañas para promover el uso del condón han aumentado sus ventas y su uso efectivo, la prevalencia del VIH es de las más altas a nivel mundial.

Preservativo y otras enfermedades de transmisión sexual

Al momento de tener relaciones sexuales hay que tener presente que el uso del preservativo no protege contra todas las enfermedades de transmisión sexual. Ante enfermedades como el Papiloma Virus, Herpes Simple, Sífilis, Linfogranuloma Venéreo o Chancroide, su protección es escasa.

En casos como el Papiloma y el Herpes, que son las más frecuentes, el preservativo no ofrece mucha protección porque se pueden transmitir tanto por sexo oral como genital. En el caso de la Sífilis, se puede transmitir por el contacto de mucosas que están en áreas no necesariamente cubiertas por el condón.

En 1999, el 23% de la población sexualmente activa de 15 a 19 años usaba preservativos en Chile. El Ministerio de Salud se propuso como objetivo sanitario, que esta cifra aumente a un 50% el año 2010.

Los expertos concuerdan en que la única forma de reducir los riesgos, es favorecer la modificación conductual primaria que predispone a las infecciones de transmisión sexual. Por lo tanto, para la prevención, es fundamental la educación sobre ETS, el postergar el inicio de la vida sexual y reducir el número de parejas sexuales, aunque lo ideal es tener sólo una pareja.


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