Pérdida del deseo sexual ¿cómo afecta el estrés la vida de las mujeres?

Pérdida del deseo sexual

Pérdida del deseo sexual, depresión, ansiedad, insomnio, son algunos de los síntomas que producen los altos niveles de tensión, responsables de menoscabar la calidad de vida de la población femenina.

Experto: Dr. Enrique Oyarzún, gineco-obstetra en la Clínica Universidad de los Andes.

“Doctor, tengo pérdida del deseo sexual, no siento nada con mi marido, no me dan ganas de estar con él”, esta frase es muy frecuente escucharla en mujeres con estrés. Problemas en el deseo sexual, cambios hormonales, alteraciones en el ciclo menstrual, incluso amenorrea -falta o desaparición de la menstruación-, que si se asocia a bajos niveles de estrógenos por un período muy prolongado, puede ocasionar descalcificación ósea y atrofia genital. Todas estas son las consecuencias de tener un alto nivel tensional.

Según un estudio realizado por Adimark (2007) -a hombres y mujeres entre 30 y 65 años-, el 60% de las mujeres encuestadas reconoció tener altos niveles de tensión. Y esas mujeres coincidieron al reconocerse poco satisfechas con su vida sexual.

Trabajar, ser madres, esposas, apoderada de los niños, son sólo algunos de los roles que cumplen las mujeres. Estas responsabilidades les generan una insatisfacción al sentir que todo lo dejan a medias, y les repercute con un malestar que se relaciona con estrés. Este malestar se puede manifestar de distintas maneras, desde un conjunto de síntomas físicos y psíquicos que se denomina “síndrome del estrés femenino” y va desde la pérdida del deseo sexual hasta desencadenar diabetes, depresión, ataques cardíacos, ansiedad, insomnio, alcoholismo o abuso de medicamentos.

Alteración hormonal

Alteraciones en el ciclo menstrual, es uno de los cambios que pueden presentar las mujeres con altos niveles de tensión, incluso a las que tienen una menstruación regular, se les puede tornar irregulares.

Un ciclo menstrual normal ocurre cuando, a nivel cerebral, el hipotálamo libera de modo intermitente una hormona llamada GnRH (Hormona Liberadora de Gonadotrofinas), la que a su vez, estimula la liberación de otras hormonas -FSH y LH- que son las responsables del desarrollo mensual de folículos a nivel del ovario, proceso que finalmente permite una correcta ovulación.

Sin embargo, cuando hay un alto nivel de estrés se altera el tipo de liberación de la hormona GnRH, es decir, en lugar de liberarse en forma intermitente, lo hace de manera continua, de este modo, se inhibe la secreción de las hormonas FSH y LH, por consiguiente, se altera todo el ciclo menstrual.

Según el doctor Enrique Oyarzún, gineco-obstetra en la Clínica Universidad de los Andes, en los pacientes con Anorexia Nerviosa, el nivel de estrés es tan importante que suelen presentar amenorrea o ausencia de ciclos menstruales, por ausencia de ovulación.

Si los problemas en la ovulación se mantienen por un periodo prolongado, se produce un déficit en la producción de estradiol -estrógeno más importante producido por los ovarios, durante la edad reproductiva-, que generaría a largo plazo, alteraciones como la descalcificación ósea y/o atrofia de órganos genitales externos e internos.

Para evitar la pérdida del deseo sexual a causa del estrés y disfrutar de una vida sexual normal y placentera, deben influir diversos factores, como la salud física, tranquilidad emocional y que todos los sentidos estén enfocados en el momento íntimo. Sin embargo, los altos niveles de preocupación y ansiedad que provocan los altos niveles de tensión, afectan la intimidad de la mujer ya que entorpecen los mecanismos propios de su respuesta sexual normal.

“En la mujer que no presenta enfermedad orgánica alguna, esta respuesta se manifiesta físicamente de varias maneras, pero probablemente lo más notorio es la lubricación vaginal, independiente del momento del ciclo menstrual”, concluye el doctor Oyarzún.

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