El método Billings anticonceptivo ha marcado la diferencia frente a los métodos anticonceptivos artificiales, puesto que los segundos pueden producir efectos adversos en la salud. Esta técnica basada en el ciclo menstrual, resulta una alternativa segura, simple y está reconocida por la comunidad médica.
Es un método natural de planificación familiar que se basa en conocer de manera íntegra el cuerpo de la mujer, su ciclo menstrual y sus períodos de fertilidad. Ha ganado adeptos gracias a sus comprobados beneficios. Aunque la técnica es sencilla y segura, para su correcto uso se requiere de un aprendizaje previo que involucra a la pareja y un compromiso de esta para seguir este método con responsabilidad.
Control y compromiso
El método Billings anticonceptivo incentiva a que las parejas controlen la natalidad por medio de la identificación de la fertilidad femenina a través de la sensación de los genitales externos. La humedad genital, la consistencia y cantidad del moco cervical, son factores para determinar los días fértiles e infértiles de la mujer, donde solo en estos días se permite la relación con penetración sin necesidad de ningún elemento artificial de por medio.
La pareja se debe comprometer a que durante el período fértil de la mujer solo tendrán caricias, sin consumar la relación sexual. Este tiempo se reconoce porque durante los días cercanos a la ovulación se produce más moco cervical que humedece los genitales. Con un ciclo menstrual irregular se puede usar este método, pero es más difícil.
Historia del método Billings anticonceptivo
El doctor australiano John Billings, junto a su esposa, inventaron este método natural de anticoncepción en la década de 1950. Se dedicaron a estudiar la fertilidad femenina por más de 50 años, y establecieron la Organización Mundial del Método Billings en Melbourne, como un centro de investigación y difusión de su sistema por todo el mundo.
El método Billings anticonceptivo ha sido validado por la ciencia médica y se ha implementado en más de cien países. En las últimas décadas, en Chile también ha ganado adeptos. El doctor Enrique Oyarzún, señala: “Su simpleza y bajo costo facilitan que pueda ser aprendido incluso por personas escasos recursos. Su porcentaje de efectividad es muy similar al de cualquier otro sistema para el control de la natalidad. En diez mil ciclos la tasa de embarazo es de un 2%”.
A diferencia de los métodos anticonceptivos artificiales, este método natural de anticoncepción no produce efectos laterales para la salud. Y aunque esta técnica es aceptada por la Iglesia Católica, el doctor Oyarzún, explica que también la pueden practicar parejas de otros credos.
“Este método natural de anticoncepción tiene muchos beneficios, por razones de salud -ausencia de efectos nocivos- y por las ventajas de orden antropológico: cultiva aspectos humanos de la sexualidad como la comunicación; la apertura a la vida; la preocupación por el otro; el ritmo de separación-encuentro del lenguaje erótico; y para los que viven en la luz de la fe cristiana, la comunicación con el Creador al no trastocar el impulso procreador inscrito en el hombre”, concluye el gineco-obstetra.