La adicción a la tecnología ha creado un nuevo perfil de madres denominadas “cibernéticas”, quienes se caracterizan por asumir una relación con sus hijos a través del celular y de redes sociales, de manera que disminuyeron “drásticamente” los besos y abrazos, indispensables para su desarrollo social y su capacidad emocional, con lo que han provocado el inicio de una sociedad más violenta aún, advirtió el psicólogo Carlos Ochoa Quiroz.
“Las madres cibernéticas tienen la falsa creencia de que están al pendiente de sus hijos por enviarles mensajes o caritas felices a través del celular o de preguntar por WhatsApp cómo están, ya que es muy común ver a niños de 10 años que traen su celular y con ello las mamás piensan que cumplen con su obligación de estar atentas a lo que ocurra, cuando ni por mucho están en lo cierto”, describió.
Al sustituir la presencia física por los mensajes que en el día le pueden mandar a sus hijos o hijas y cuando llegan a casa a verlos, piensan que al estar en un supuesto contacto virtual, no hay necesidad de hablar con ellos, de tocarlos ni de expresar los sentimientos, alertó.
“Todo ello va a provocar la desconexión social de todos estos infantes y adolescentes, pues las emociones se desarrollan a través de relacionarnos con los otros, pero al no existir, vemos claramente que no saben cómo reaccionar ante una conversación real, se ve el terror en sus caras cuando alguien les habla de frente”, aseveró.
Tal fenómeno se ha acentuado en las generaciones menores de 32 años, los “milleniums”, quienes han encontrado una manera más “fácil” de conversar por WhatsApp, por ejemplo, lo cual psicológicamente es “muy grave porque los teléfonos nos están regresando a la era de piedra”.
“Y las madres cibernéticas están contribuyendo a eso. Casi estoy seguro de que no existen estudios científicos al respeto todavía, pero el dar abrazos y besos a los hijos, que es indispensable para su desarrollo emocional, se ha de haber reducido notablemente, de manera drástica”, lamentó.
Criticó que las “madres cibernéticas” han asumido enviar caritas felices para acompañar a sus hijos, pero “están condicionando a las nuevas generaciones a sentirse mal si no las reciben y menos van a poder desarrollar las habilidades que les permita establecer un contacto emocional”.
Lo anterior ocasiona un severo daño también en el aspecto fisiológico porque al bloquear tu desarrollo emocional te remites a los instintos básicos, es decir, la preservación de la especie y a ello se deberá imponer el deseo sexual para reproducirse, destacó.
“Ello se ve en las nuevas generaciones, vemos a muchos jóvenes que no lo superan y todo el tiempo sólo piensan en sexo y ello ocurre porque no eres capaz de establecer una relación emocional y por supuesto te desgasta, sobre todo a las mujeres quienes están buscando hombres que no se comprometen y a la vez se repite cuando ven que no es necesario el esfuerzo”, señaló.
Existe un referente que es que la estabilidad emocional de un hombre determinará el tipo de mujer que necesita y si un hombre sólo comparte sus problemas es que se ha desconectado emocionalmente y por ende no se comprometen, lo cual necesita una mujer, pero si no existe, ellas apagan su estado emocional, explicó.
Lo anterior es “lo que está sucediendo con las madres cibernéticas, han apagado su estado emocional y buscan a hombres que no se comprometen, sólo se basan en el sistema límbico y la desconexión emocional la están replicando en su trato con los hijos”.
“Es alarmante porque ha ocurrido en muy poco tiempo y con ello van a formar a generaciones socialmente ineptos, lo cual te vuelve más violento en tu forma de actuar porque no sabes cómo resolver los problemas u obstáculos, civilizadamente, que es una amenaza social”, profundizó.