Ambos sentidos, al ser estimulados, permiten que el entero sistema sensorial del bebé se desarrolle, ya que éste se forma a partir de las experiencias que obtiene del ambiente que lo rodea y que constituyen su aprendizaje.
Tacto
El contacto que tenga con sus seres amados irá proveyéndole más recursos para su desarrollo. En relación a esto, es fundamental que el niño sea frecuentemente acariciado, ya que su autoestima y seguridad crecerán adecuadamente.
En los recién nacidos el tacto permite que descubran el mundo, siendo su cara, las palmas de las manos, los pies, la columna vertical, el área genital y el lado derecho de su cuerpo muy sensibles. Hay diversas maneras de estimular el tacto, por ejemplo, los masajes, el roce de telas y texturas diversas, y el empleo de temperaturas distintas en el agua.
Beneficios de la estimulación táctil
- El contacto piel a piel genera calor.
- Al estimularlo de la cabeza hacia los pies, se favorece la mielinización.
- Los masajes lo relajan y ayudan a reducir la apnea, logrando una respiración constante.
- Se crean más terminaciones nerviosas, lo que mejora el desarrollo motriz.
- Produce varias texturas, sensaciones y presiones de tacto.
- Los patrones de sueño y función intestinal se normalizan.
- La circulación y digestión funcionan óptimamente.
- Crea conciencia de su propio cuerpo.
- Logra más fuerza y tonicidad muscular.
Olfato
Este sentido se desarrolla de gran manera, ayudándolo a identificar a sus progenitores por medio del olor de su ropa, las esencias o perfumes que usa, entre otros aromas.
No se trata sólo de estimular las sensaciones placenteras en tu retoño, sino promover movimientos autónomos y esqueléticos, vitales para su crecimiento motor.
Beneficios de la estimulación olfativa
- Es capaz de llevar a cabo movimientos olfativos guiados.
- Puede establecer relaciones entre olores dulces y reconfortantes con la persona de quien proceden.
- El vínculo con la madre se afianza por el olor.