Tanto los papás, como los abuelitos, hermanos u otros seres queridos pueden masajear al bebé. Es importante que aprendan la técnica para hacerlo bien.
Ejecución
Primero, se debe chequear que el bebé tenga una actitud positiva. Si te das cuenta que a tu hijo no le gusta que otros lo toquen, es mejor que no lo expongas a personas extrañas.
Los masajes pueden aplicarse 1 vez o realizarse con más frecuencia. Algunos papás, lo hacen a diario, en todo el cuerpito del bebé. Quizás en ese mismo día, sea necesario masajear un área específica. Por otro lado, algunos niños muestran preferencias por ciertos masajes.
Preparación
Escoge una pieza con una temperatura agradable. Requerirás de tiempo para dominar todos los movimientos de un masaje.
Es primordial que el niño se sienta bien y nunca llore durante éste (a no ser que sufra, por ejemplo, de cólicos de los 3 meses).
Al comenzar a masajearlo, unta tus manos en un buen aceite para bebés. A medida que aprendas a realizarlo, podrás cambiar a otras cremas o lociones.
Coloca al bebé sobre una base cubierta. Si haces un masaje completo, debe estar desnudo. Establece contacto visual con él, incluyendo alguna rutina especial como cosquillas.
Roza la cabeza del niño, las mejillas, las manos, etc. Algunos bebés aman que les froten la punta de la nariz con la de mamá o papá. Luego, coloca tu cabeza sobre el abdomen del bebé, girándola y soplando sobre su vientre. Verás cómo el bebé disfruta, gritando de placer.
Proporciona cuidados y masajes a la vez
Como la piel del bebé es muy tierna, requiere de cuidados especiales, los que combinan perfecto con los masajes.
Aprovecha esta instancia para aplicar cualquier loción o pomada prescrita por el pediatra. Si tu bebé sufre de eczemas, será vital que lo hagas.
En caso de que tu pequeño se moleste al contacto con tus manos, busca encontrar la razón. Podría deberse a que muchas personas lo manoseen frecuentemente. Si ves que otras personas lo presionan, lo aplastan o lo tocan sin suavidad, evita que lo hagan.
Para ayudarlo, juega con él y distráelo un poco para que, cuando se relaje, reciba correctamente tu masaje. Ten mucho cuidado con los ojos del bebé. Estos no deben tocarse, ya que puede afectar su visión y su buena disposición al masaje.