El pediatra Roberto Balassa recomienda algunas técnicas para incentivar el progreso de tu hijo en estos 3 hitos: sentarse sin ayuda, gatear, pararse, que no están libres de grandes emociones.
4 – 8 meses
Sentarse sin ayuda
- Si el bebé está boca arriba, tómalo de los brazos, levantándolo hasta dejarlo sentado. Juega con él para que se acostumbre a esta posición.
- Si está recostado sobre un cojín alto, muéstrale un objeto llamativo para captar su atención; cuando el niño se dirija a éste, aléjalo un poco para que intente sentarse por sí mismo. Cuando logre sentarse, prémialo con el mismo objeto. Repite varias veces, bajando gradualmente la altura de la almohada para que pueda pasar de acostado a sentado.
- Coloca al niño boca arriba con las piernas estiradas, agarrando suavemente su cabeza y hombro derecho; luego, levántalo despacio, con un movimiento de rotación del busto hacia el lado izquierdo para lograr que se apoye sobre el hombro, el codo y la mano hasta quedar sentado. Anímalo desde un comienzo con su juguete favorito, a una distancia que le impida tomarlo si está acostado. Así, cuando logre sentarse, lo alcanzará.
8 – 12 meses
Gatear
- Alza al bebé con 1 mano en sus rodillas y la otra en su pecho. Inclínalo en relación a su fuerza, motivándolo a enderezar su espalda.
- Cuando esté en esa posición, inclina el busto del bebé hacia una mesa para incitarlo a que se apoye con las manos, iniciando un ligero esfuerzo para enderezarse. Ayúdalo gradualmente a que se apoye con los brazos extendidos.
- Si logra hacerlo, dispón objetos llamativos en la mesa para que trate de liberar una mano para agarrarlos.
- Elabora un rodillo con una toalla y coloca al niño boca abajo sobre éste; luego, deja su juguete a poca distancia y encómialo para que lo alcance. Con suavidad, hazlo rodar, sosteniendo sus rodillas, su potito o sus tobillos. El bebé sentirá que esto es un juego, pero este ejercicio le permitirá fortalecer su sentido del equilibrio y recuperarlo si lo pierde. Asimismo, reforzará la musculatura de sus extremidades superiores y espalda.
- Afirma al pequeño por las rodillas y el pecho para que se apoye en una mesa, y desliza tu mano del pecho hasta sostenerlo únicamente por los muslos, luego sólo por las rodillas y finalmente por los tobillos, dependiendo de su fuerza.
- Deja a tu hijo en postura de gateo, colocando un juguete cerca de su mano derecha. Si quiere agarrarlo, deberá levantar su mano y luego retornar a la posición inicial, manteniendo el equilibrio. Ve alejando el juguete para obligar al niño a moverse hacia adelante. Repite el ejercicio dejando que juegue hasta que lo logre.
- Si el niño no llega a tocar el juguete en posición de gateo, apóyalo o impúlsalo con tus manos en las plantas de sus pies.
- Una vez que el bebé aprenda a gatear, ponle obstáculos para sortear, como una almohada antes del objeto deseado, para que tenga que pasar sobre él o esquivarlo antes de obtenerlo.
- Si el niño está gateando, ponte frente a él y empújalo con cuidado hacia atrás para que pueda retroceder gateando.
- Pásale un carrito o juguete con ruedas que produzca ruido, amarrado a una cuerda, e incentívalo a tirarlo mientras gatea.
- Mientras el bebé gatee, escóndete tras una puerta y pídele que te encuentre. Ve hablándole y deja ver algo de tu ropa para que le sea fácil. Prémialo cuando te pille.
Pararse
- Sienta al pequeño en un pisito con sus pies apoyados en el suelo y sus tobillos en ángulo recto con las piernas; sus rodillas también deben estar en ángulo recto con los muslos y las caderas con el tronco. Afírmalo de sus muslos y deja que encuentre su equilibrio. Ofrécele juguetes por el lado para que los mire o llámalo para que se dé vuelta.
- Sosteniendo al bebé de los muslos, cuelga un juguete oscilando a la altura de su cabecita o más alto. A medida que trate de agarrarlo, aléjalo. Ayudarás a mejorar su equilibrio.
- Si el niño está sentado, tira con suavidad de ambas manos y ayúdalo a ponerse de pie. Felicítalo.
- Sienta al bebé en un piso y acércalo sobre una cama o mesa, dejándolo en esa posición unos minutos mientras lo entretienes del otro lado de la cama o mesa.
- Coloca al niño sobre una cama apoyándolo con tus manos, déjalo en esa posición unos minutos y juega con él.
- La primera vez que logre pararse solito, celebra la ocasión para que experimente esta nueva sensación para él.