La estimulación temprana se efectúa con diversas técnicas para el desarrollo de las capacidades de los niños en la primera infancia.
En un estudio del Centro de Investigaciones Educativas y de la Salud e Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, se corroboró la efectividad de las actividades dispuestas para el desenvolvimiento óptimo de los bebés de 4 meses de nacido.
A continuación varios ejercicios de la estimulación temprana:
Mientras se le alimenta
- Cuando el bebé esté tomando su mamadera podrá tocarla con sus manos, sujetarla, soltarla, etc. Así irá aprendiendo que es dura o suave, caliente o fría.
- Pasa por su piel la punta de su chaqueta para que aprenda cómo es la tela, cómo es el botón, pasa su dedo por el ojal. La idea es explorar, que aprenda a sentir y percibir.
- Si se le da puré de verduras o frutas, cámbialo a un lugar diferente de la casa para que vea cosas nuevas.
- Tu niño deberá ir familiarizándose con el nombre de las cosas que ve cercanas a su entorno. Para facilitar este proceso se le mostrarán las cosas una a una, diciéndole cuál es su nombre: pan, leche, agua; es importante usar la palabra correcta para cada cosa, pronunciándola bien, no imitar nunca su media lengua, porque aprenderá mal las palabras y tendrá que hacer un doble aprendizaje. Es imprescindible que se muestre claramente el objeto que se le está nombrando. Si se le dice “cuchara” cuando se le da la sopa, él no sabrá si “cuchara” es la sopa, la boca, la mano, el plato o la cuchara. Se debe ser claro. No se trata de que repita aún, sino de que se familiarice.
- Sonreírle y aplaudirle los pasos que vaya dando, las cosas que vaya aprendiendo.
Mientras se le muda de ropa o baña
- Trata que tu bebé siga con la mirada los movimientos que se le hacen, los desplazamientos de quien le rodea; así, si se inclina a coger algo del suelo, llámalo para que mire hacia ese lado (tomando precauciones para evitar golpes).
- Cuando se le levanten los pies para cambiarle el pañal, hacer que se mire sus propios pies y bajárselos lentamente, tratando que los siga con la vista.
- Si algo de lo que se está usando para la muda le llama la atención (y no es peligroso), dáselo para que juegue con ello: un rulo del pelo, una pinza, el bote de toallas húmedas, etc.
- Imitar las acciones que tu niño haga espontáneamente. Si hace algún sonido, imitarlo (“da-da”, “ba-ba”,…). Si se ríe, reírse con él, si saca la lengua, sacarla también.
- Hacer los movimientos que él ya sabe hacer y tratar que los imite, por ejemplo, si sabe arrugar la nariz, arrugársela, aplaudiéndolo si lo imita. Sacar la lengua, juntar las manos, mover la cabeza, etc.
Ratos entre las comidas
- A menudo se descubre que a los niños no les interesa tener juguetes elegantes o caros. Les atrae cualquier cosa que puedan tocar, golpear y chupar. Y de estas cosas hay muchas en casa, como una taza de plástico, una cuchara, tapas de frascos o tarros. Se le pueden construir juguetes, como un collar de manguera.
- Cuando el niño está despierto, que alguien lo saque de su cuna o cama y lo pasee un rato por la habitación o la casa, cogido en brazos, y dejándolo mirar y tocar las cosas que le llamen la atención.
- Déjalo de vez en cuando acostado boca abajo, para que se ejercite en levantar la cabeza y el pecho.