A más de alguien le ha sucedido sentir una especie hormigueo en los labios y una sensación de tenerlos dormidos. Quizás al principio no le prestamos mucha atención, pero luego hay algo rozando el labio que no es agradable. En un comienzo parecía un simple granito, rojo y dolorido, pero más tarde se convirtió en algo diferente: una úlcera causada por el virus del herpes simplex. Si has escuchado acerca de ampollas que aparecen como consecuencia de la fiebre alta, una úlcera del herpes simplex tiene similares características. Son muy comunes y muchas personas sufren de eso.
¿Qué es una úlcera del herpes simplex?
Las pequeñas y algunas veces dolorosas ampollas que aparecen generalmente alrededor de los labios de las personas, son ocasionadas por el virus herpes simplex 1 (VHS-1, o HSV-1 por sus siglas en inglés). Pero no aparecen únicamente en los labios, pueden aparecer también dentro de la boca, en el rostro o hasta al interior de la nariz. Estos son los lugares más frecuentes, pero las úlceras del VHS-1 pueden desarrollarse en otros lugares del cuerpo, incluidos los genitales.
Son casi gemelos
En la mayoría de los casos, al herpes genital no lo causa el virus VHS-1; sino otro virus llamado virus herpes simplex 2 (VHS-2, o HSV-2 en inglés), el que es transmitido por contacto sexual. Pero, aunque el VHS-1 con frecuencia ocasiona ampollas alrededor de la boca y el VHS-2 las ocasiona en la región genital, los dos virus pueden originar úlceras en la piel en cualquier parte del cuerpo.
¿Cuál es la causa de una úlcera del Virus Herpes Simplex?
El VHS-1 es común; si lo tienes, probablemente lo hayas contraído en la niñez. Una gran cantidad de personas contrae la infección durante los años pre-escolares, muchas veces después de comer o beber con utensilios que alguien que tenía el virus utilizó o después de besar a un adulto con el virus. Si bien una persona que tiene el virus VHS-1 no siempre desarrolla úlceras en la piel, el virus permanece latente en el cuerpo y no tiene cura permanente.
Duerme en los ganglios
Cuando alguien se contagia con el virus VHS-1, éste va desde la piel a las células nerviosas llamadas ganglios. Una vez ahí, se instala cómodamente. El VHS-1 sobrevive en estas células porque se alimenta de los nutrientes que producen las células del cuerpo. El virus entra al cuerpo, permanece dormido o en estado latente un buen tiempo y a veces decide despertarse ocasionando una úlcera. Pero no todas las personas que tienen el virus desarrollan úlceras. Hay personas que tienen el virus dormido permanentemente.
¿Qué ocasiona que el virus se «despierte»?
Nadie sabe la razón con certeza. No se requiere un resfriado para que broten las úlceras, éstas pueden ser causadas por infecciones como fiebre, estrés, insolación, temperaturas bajas, cambios hormonales durante la menstruación o el embarazo, extracciones de dientes, ciertas comidas o remedios. Muchas veces la causa no se puede predecir.
Así es como se desarrolla una úlcera del herpes simplex: El VHS-1, que ha permanecido dormido, se reactiva o se «despierta», viajando hacia el área donde aparece la ulcera (por ejemplo, el labio) a través de las terminaciones nerviosas. En el área debajo de la superficie de la piel donde la úlcera aparecerá comienza a dar una sensación de hormigueo, picor o ardor, luego aparece un grano rojo; 1 o 2 días antes de que comience la sensación de hormigueo el grano se convierte en ampolla y luego en una úlcera, secándose y siendo reemplazada por una capa amarilla después de un par de días. Esta capa amarilla, parecida a una costra, eventualmente se cae y deja en su lugar un área enrojecida y sensible al tacto, y, cuando la rojez desaparece, el cuerpo sana y envía al virus herpes simplex de nuevo a «dormir».
¿Cómo se contagian las úlceras?
Las úlceras del virus herpes simplex son tremendamente contagiosas hasta que forman su costra. A veces sucede que el contagio sigue hasta después de que esto sucede. Si has tenido una úlcera del virus herpes simplex, es muy fácil infectar a otra persona. El virus se propaga por contacto directo: a través de la piel, las secreciones genitales o los besos; además, si tú o tu pareja tienen una úlcera del herpes simplex en la boca, el virus del herpes simple se puede transmitir durante el sexo oral y causar herpes en el área genital.
Por medio de las manos: el virus herpes simplex también puede contagiarse si una persona toca la úlcera y luego toca una membrana mucosa. Las membranas mucosas son las capas de piel protectoras que se encuentran en algunas áreas del cuerpo como la nariz, los ojos y la boca. Por lo tanto no es bueno tocar una úlcera del herpes simplex, ni tratar de pincharla o expulsar su contenido.
La mejor idea es ni siquiera tocar las úlceras del herpes simplex que estén aún activas. Si lo haces, no debes tocar otras zonas de tu cuerpo. Cuida especialmente cuando te toques los ojos, ya que si el virus VHS-1 entra en tus ojos, puede ser muy dañino. Lávate las manos lo antes posible. Es más, si tienes una úlcera del herpes simplex o estás cerca de alguien que lo tiene, procura lavar tus manos a menudo; si no se tratan con cuidado, las úlceras del VHS-1 pueden infectarse con bacterias que se encuentran en la piel. Esto sería peligroso para las personas con un sistema inmunológico débil (que padezcan cáncer, sida o eczema). Si alguien tiene alguna de estas condiciones, una infección ocasionada por una úlcera del virus herpes simplex puede peligrar su vida.
¿Cómo se diagnostican y tratan las úlceras del Virus Herpes Simplex?
Generalmente las úlceras del virus herpes simplex desaparecen solas en siete o diez días. Y aunque no hay remedios que las hagan desaparecer, hay medicamentos recetados y cremas que disminuyen la duración de un brote y calman los dolores. Si presentas una úlcera es importante que consultes con tu médico en caso de presentar los siguientes síntomas: debilidad del sistema inmunológico por una enfermedad, las úlceras no sanan por sí mismas en un plazo de una semana o diez días, son muy frecuentes.
Para sentirte más cómoda si alguna vez tienes estas úlceras, puedes aplicarte hielo o algo frío sobre el área. También se puede tomar un analgésico o antiinflamatorio como aspirina, acetaminophen o ibuprofeno.
Aftas o «fuegos» orales recurrentes
La Estomatitis Aftosa Recurrente (EAR) es la lesión más frecuente de la mucosa oral con causas múltiples. Prevalece en un cinco a diez por ciento en niños y en el sesenta y seis por ciento de los adultos jóvenes.
Predisposición genetica
La EAR se caracteriza por la predisposición genética. Más del cuarenta y dos por ciento de los pacientes tienen un pariente de primer grado con EAR, aumentando al noventa por ciento si los dos padres lo presentan.
Causas comunes: traumatismo local, estrés, ciertas comidas (chocolate, café, maní, cereales, nueces, queso, tomates y aquellos que contienen gluten), desbalances hormonales. Luego de una revisión de lo publicado sobre EAR entre 1995 y 2000 , los autores concluyen que no existe aún una causa evidente de la etiopatogenia de las EAR.
Antes de diagnosticar EAR en un paciente, se deben descartar otras condiciones como las siguientes: ya que las aftas aparecen por primera vez durante la infancia o la adolescencia, si aparecen en la edad adulta, o se producen en ciclos muy regulares, se puede pensar en alguna causa subyacente.
Su etiología es muy variada, no en todos los casos está implicada la alimentación, como las deficiencias nutritivas, especialmente de hierro y vitamina B, folatos o vitamina B12. Las aftas bucales pueden ser la primera manifestación de una anemia por falta de hierro. También se pueden deber a deficiencias de vitaminas B1, B2 o B6, si bien no es muy común. Si sospechamos esto hay que investigar el historial de anemias, malabsorción, pérdidas de sangre, especialmente menstrual, hemorroides o una mala alimentación.
Otras causas:
– Alergia o intolerancia a algún alimento, en muchos casos desconocido. Los celiacos (que no toleran el gluten) pueden presentar aftas.
– Depresión inmunitaria, es decir, bajos niveles de anticuerpos o defensas.
– Estrés y tensión emocional.
– Infecciones víricas.
– Exposición a ciertas drogas: ibuprofeno, diclofenaco.
Presentación clínica de las aftas recurrentes EAR: Las aftas bucales, llamadas llagas, son pequeñas úlceras dolorosas de fondo grisáceo o amarillento y bordes rojizos, que aparecen sobre cualquier superficie mucosa de la boca. Se ubican más frecuentemente en la mucosa oral y labial, los bordes de la lengua, los surcos bucales y linguales y el paladar blando, y no sobre la encía. Suele producirse ardor o picazón intenso, los que preceden a la aparición de la úlcera. Esta puede ser única o formar grupos de hasta treinta o más. En ocasiones, pueden fundirse varias aftas formando lesiones de contorno irregular. Se mantienen durante unas 2 semanas y desaparecen depués sin dejar cicatriz. Las aftas pueden doler y hasta afectar las actividades diarias de una persona, doliendo especialmente al comer, tragar o hablar. Su pródromo se caracteriza por un dolor localizado quemante de 1 o 2 días de evolución, luego de lo cual aparece una lesión en la mucosa bucal, aumentada de volumen, redonda u ovalada, con un centro necrótico cubierto por una pseudomembrana amarilla y rodeada por márgenes solevantados y un halo eritematoso. Generalmente empiezan en la niñez y disminuyen en frecuencia e intensidad al pasar de los años. Su aparición después de los treinta podría sugerir etiologías más complejas, ya mencionadas.
Se clasifican según su forma de presentación:
- Afta menor: corresponde del 75 a 85 por ciento de los casos de EAR. Envuelve la mucosa no queratinizada de la cavidad oral (labios, mucosa bucal, piso de la boca y superficie ventral y lateral de la lengua), son pequeñas de ocho a diez milímetros y sanan entre diez días a dos semanas sin dejar cicatriz.
- Afta mayor: representa del 10 a 15 por ciento de EAR. Aparecen después de la pubertad, el pródromo es más intenso, las úlceras más profundas y grandes; presentan fiebre, disfagia y malestar que pueden verse al inicio de la enfermedad. Poseen bordes irregulares, de diámetro mayor a un centímetro, son más dolorosas y tienden a aparecer en la mucosa sobre las glándulas salivares menores, labios, paladar blando y faringe, durando semanas o hasta meses, dejando generalmente cicatriz.
- Úlceras herpetiformes: constituyen del 5 a 10 por ciento de las EAR. Son múltiples, de cinco a cien, de 1 a 3 mm de diámetro, bien delimitadas, dolorosas, y pueden aparecer en cualquier parte de la mucosa. Tienden a fusionarse, produciendo grandes úlceras, que tardan en sanar de diez a catorce días. Suelen aparecer en mujeres y, a menudo, aparecen en edades tardías. La mayoría de los pacientes tienen sólo un tipo de úlceras y algunos tienen recurrencias sólo dos a cuatro veces al año.
Diagnóstico
Depende de la historia médica acuciosa y el criterio clínico, para descartar situaciones que puedan simular aftas comunes, como las ya nombradas. Si se considera necesario descartar alguna patología de base, el estudio constará de hemograma – VHS, niveles de vitamina B12, y anticuerpo antiendomisio.
Manejo de las aftas recurrentes
Ya que la etiología de las EAR no está aclarada, el tratamiento solamente puede ser sintomático. El tratamiento se enfocará hacia reducir el dolor, el número de lesiones y aumentar el tiempo asintomático. Hay pocos estudios controlados sobre el tratamiento; los que existen muestran que los enjuagues con clorexidina y el corticoides tópico reducen la severidad y duración de las vesículas, pero no aumentan los períodos asintomáticos. La clave está en identificar los factores desencadenantes y evitarlos, así como tratar tempranamente las lesiones.
Respecto a la alimentación, no deben faltar los siguientes nutrientes:
– Frecuentemente las aftas bucales aparecen por falta de hierro. Las vísceras, las carnes, los huevos y los pescados son los alimentos más ricos en hierro. También la melaza, el sésamo, las legumbres y los vegetales germinados, si bien el cuerpo los aprovecha en menor forma.
– La deficiencia de alguna de las vitaminas del grupo B en general y de folatos y vitamina B12 en particular, puede producir o favorecer la aparición de llagas en la boca. La levadura de cerveza, el hígado, las verduras de hoja (espinacas, acelga, lechuga), el plátano, las legumbres y el germen de trigo son las mejores fuentes de folatos; y los alimentos de origen animal, las únicas fuentes que aseguran un aporte óptimo de vitamina B12. Por esto, en una dieta vegetariana estricta hay más riesgo de deficiencia de esta última vitamina.
Cuando ya están presentes
Además de revisar la dieta para corregir la deficiencia, si ya se tienen aftas conviene seguir los siguientes consejos para evitar molestias y acelerar la recuperación: evita comidas o bebidas picantes o ácidas como jugo de naranja, salsa de tomate, vinagretas, tomate, pimienta, ajo, etc. y bebidas gacificadas, bebe con una bombilla para evitar el contacto con la boca si fuera necesario y evita alimentos que produzcan aristas como las papas fritas secas, ciertas galletas o frutos secos.