Tu hijo adolescente se autolesiona, ¿qué hacer?

adolescente

Todo padre se preocupa por su hijo adolescente. Y cuando su conducta se traduce en un riesgo para él, se debe tomar acción. Uno de esos comportamientos autodestructivos es la agresión a sí mismo o autolesión.

 

Identificando la razón

En algunos casos, el estado de ánimo lleva a los jóvenes a tomar decisiones inmaduras, sin pensar en las consecuencias que puedan tener. Este tipo de conductas puede ser una manera de llamar la atención o de enfrentar emociones perjudiciales como poco amor propio o desprecio hacia su persona, así como un sentimiento exacerbado de culpa por algo que se haya hecho. Al sentir un rechazo por sí mismos, se hacen daño, pensando que eso los hará sentir mejor.

A su vez, en esta era tecnológica, las malas conductas se promueven a través de las redes sociales, lo que les permite “perfeccionarse” en tendencias autodestructivas como el cutting.

Lo que los padres pueden hacer

En primer lugar, es muy importante que los papás se comuniquen con su hijo o hija adolescente. Deben hacerlo cuando estén calmados, sin gritar ni alterarse. Se trata de ganar la confianza del joven y no espantarlo con una actitud cerrada o justiciera. Se le debe animar a expresarse, para encontrar las causas que lo llevan a lastimarse.

Es fundamental que los padres transmitan su preocupación y dejen claro que están ahí para ayudar, no para castigar.

Averiguar sus necesidades

Cuando se identifican las carencias del joven, es más fácil ayudarlo. Puede que se trate de un problema emocional, al no poder controlar una pena o frustración. Probablemente se encuentre en un torbellino de emociones, desde odio hacia sí mismo a rabia. La familia debe estar a su lado y buscar ayuda psicológica en lo posible.

Si se trata de un llamado de atención, o para obtener algo, se le debe dejar en claro que la autolesión no es un medio aceptable para lograr sus objetivos.

El hecho de llevar al hijo a un terapeuta no debe ser de por sí un factor de alarma. El indicio de cortes en la piel o agresiones al propio cuerpo no está relacionado necesariamente con una tendencia suicida. Pero es importante darle la ayuda necesaria, porque puede ser muy difícil terminar con este hábito sin apoyo.

Si no se ven resultados, o la conducta empeora, se deben tomar medidas enérgicas. Existen terapias grupales y programas diseñados para superar este comportamiento. Lo más importante es que los padres se comprometan con la recuperación emocional de su hijo o hija adolescente.


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