Estos son frecuentes en primavera y verano, cuando los rayos del sol son más fuertes que el resto del año, y los bebés y adultos son los más propensos a sufrir los llamados golpes de calor; que son la respuesta del cuerpo ante la pérdida de agua y sal que contiene el sudor.
Las causas se deben a la exposición solar, sin estar hidratados lo suficiente y no llevar la protección adecuada. Durante los meses de alta radiación se debe mantener al niño altamente hidratado y la alimentación debe ser fraccionada y con comidas livianas, preferiblemente incluir frutas con alto contenido líquido.
Síntomas de un golpe de calor
- Piel irritada.
- Incomodidad.
- El cuello, pecho, axilas y pliegues son los más afectados.
- Calambres musculares.
- Agotamiento, cansancio, debilidad.
- Náuseas, mareos, vómitos,
- Dolor de cabeza.
- Pérdida de conciencia.
- Deshidratación.
¿Qué precauciones se deben tomar?
- Dar suficiente líquido a los niños antes que lo demanden y si es lactante ofrecerle el pecho de inmediato.
- Realizar varias comidas al día, preferiblemente ligeras, frescas o a temperatura ambiente.
- Bañar al bebé varias veces al día es una buena opción para los días de calor, eso lo mantendrá fresco.
- Portegerlos de los rayos solares, principalmente desde las 11 de la mañana y hasta las 18 horas, que es cuando la radiación es más fuerte.
- Reducir la permanencia en coche.
- Utilizar ropa ligera y de colores claros.
Debemos tener en cuenta que el golpe de calor es una afección grave que puede llevar a consecuencias severas cuando no lo detectamos a tiempo, debido a la inmadurez del mecanismo termorregulador del niño, este no consigue regular la temperatura corporal del bebé, lo que lo deja expuesto a diversos trastornos.
¿Qué hacer si el niño sufre un golpe de calor?
- Es importante actuar con rapidez pero mantener la calma para pensar con raciocinio.
- Si es grave, se debe llevar al bebé a un lugar ventilado, quitarle la ropa y darle rehidratación oral.
- También, con una toalla húmeda puedes refrescar su cuerpo, especialmente en el cuello y muñecas.
- Elevar los pies del suelo y abanicar con algún objeto que facilite la transpiración.
- Aunque el niño reacciones favorablemente, no dudes en llevarlo con su pediatra posteriormente.