Hablemos de neurología infantil

Neurología infantil

Existen algunas enfermedades neurológicas en las que el diagnóstico precoz permite un tratamiento correcto y un mejor pronóstico.

Las complicaciones neurológicas de los niños angustian a la familia. No obstante, gracias a los avances científicos, a una gran parte de los pacientes infantiles les es posible disfrutar de una vida plena.

Hay dos grupos de patologías que por su frecuencia en la niñez y en la adolescencia, representan las principales razones de consulta en la especialidad neurológica: los trastornos del desarrollo y los episodios paroxísticos.

Una parte de la población infantil tiene un trastorno del desarrollo con la importancia suficiente como para requerir una evaluación especializada.

Los motivos de consulta dependen de la edad, como por ejemplo en algunos lactantes que muestran problemas en la adquisición de las pautas madurativas, especialmente motoras; con niños en la etapa inicial de aprendizaje, que implican los trastornos del desarrollo del lenguaje; y número de pacientes de edad escolar y en la adolescencia, donde se manifiestan los trastornos del aprendizaje y de la conducta.

Un porcentaje menor se ve afectado en algún momento por un episodio paroxístico transitorio, que se da en un cambio a nivel del comportamiento motor (convulsiones, tics, etc.); perceptual (cefalea, vértigo); en la alteración de la respiración (apneas, espasmos del sollozo); o a nivel de conciencia (sincope).

En el espectro de las convulsiones que aparecen de distinta forma, sobresalen las convulsiones febriles.

¿Qué otras causas de consultas existen?

Si bien son menos frecuentes, están las enfermedades genético-cromosómicas y las malformaciones del sistema nervioso central (Síndrome de Down, mielomeningocele); las enfermedades neuromusculares (distrofias musculares, neuropatías, atrofia espinal); y las enfermedades neurodegenerativas, algunas con error metabólico conocido (fenilcetonuria, galactosemias, etc.).

Culturalmente, los padres, educadores y la población general, disponen de mayor información, lo que posibilita que los niños sean atendidos en etapas más tempranas, siendo mayor la cantidad de intervenciones adecuadas.

En cuanto al área científica, existe un mayor conocimiento de los diferentes problemas neuropediátricos, y se ha visto el progreso de los métodos de diagnóstico y tratamiento, debido a que las enfermedades del sistema nervioso se relacionan mucho con la salud en general.

En cambio en la atención perinatal, la mayor cobertura y el adelanto de nuevas vacunas, así como la prevención de accidentes y los cuidados médicos habituales, establecen también una diferencia en su incidencia.

La neurología infantil es una especialidad clínica. Las etapas más importantes del proceso de diagnóstico se basan en el interrogatorio y en el examen físico; las nuevas metodologías, especialmente en el campo de las imágenes, neurofisiología y técnicas de laboratorio, darán los resultados esperados, solo si son aplicadas sin distinción y con un correcto criterio clínico.

Tratamiento neurológico

Los tratamientos han dado una ventaja para los pacientes con epilepsia, puesto que se han desarrollado con éxito nuevos fármacos anticonvulsivantes. La ciencia avanza, experimentando con métodos que curan o ayudan a disminuir los factores que ponen en riesgo la vida de muchos pacientes con estos trastornos.

Existe un grupo de enfermedades que pueden ser prevenidas, por lo que es importante seguir las indicaciones del pediatra, con:

  • El control periódico del embarazo y del parto, por un equipo de especialistas.
  • El cumplimiento del calendario de vacunas.
  • La prevención de accidentes.

Es prioridad el examinar constantemente la salud, y la consulta oportuna con el médico de confianza ante cualquier sospecha.

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