La mononucleosis hemorrágica o mejor conocida como la enfermedad del beso, es una infección que se produce tanto en niños como en adolescentes a través del contacto con la saliva o mucosidad del infectado, afectando directamente la garganta, las glándulas salivales, el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos.
La mononucleosis hemorrágica infantil es causada por el virus Epstein-Barr (EBV), el cual pertenece a la familia del herpes y el virus de varicela.
Síntomas de la mononucleosis hemorrágica infantil:
Cuando la mononucleosis hemorrágica infantil se presenta en un cuerpo se ve evidenciada por medio de los siguientes síntomas:
- En primer lugar se observa malestar general.
- Seguido de dolor de cabeza.
- Fiebre alta.
- Dolor muscular y de garganta.
- Falta de apetito.
- Cansancio, debilidad y sudoración nocturna.
¿Cómo se detecta que se padece de mononucleosis?
Al observa que tu pequeño presenta los síntomas mencionados anteriormente debes llevarlo de manera inmediata a su pediatra, el cual comenzará su evaluación haciendo una serie de preguntas relacionadas con los malestares que está presentando el niño para posteriormente realizar un examen de sangre que terminará confirmando el diagnostico.
¿Cuál es el tratamiento ideal para combatir la mononucleosis hemorrágica infantil?
La enfermedad desaparece por si sola, aproximadamente cuatro semana de su contagio, por lo que no existe un tratamiento especifico para eliminarla, sin embargo muchos especialistas indican medicamentos para aliviar los síntomas presentes durante la estancia del virus en el cuerpo del pequeño.
Y además de esos medicamentos se pueden considerar ciertas recomendaciones sencillas que harán que el niño se sienta mejor, como:
- Consumir abundante líquido para evitar una posible deshidratación.
- Dormir por largos periodos de tiempo.
- Mantener reposo, evitando cualquier actividad física.
- Entre otras.
Es importante que ante el primer síntoma llevemos al niño con el especialista, este debe encargarse de realizarse todos los exámenes necesarios para descartar cualquier complicación superior.