La hepatitis es la inflamación del hígado y es causada por un virus y otros factores como fármacos, agentes tóxicos y bacterias. Existen varios tipos de Hepatitis (B, C, D, E y G), pero la más común es la tipo A y aunque sus síntomas iniciales pueden ser similares, el progreso evolutivo de esta varía según el virus que cause la enfermedad.
Es importante mantener buenos hábitos de higiene y evitar el hacinamiento e insalubridad en el hogar para prevenir que los niños contraigan algún tipo de hepatitis de origen vírico. Sobre todo cuando se viaja con los pequeños, se deben prever las condiciones sanitarias y la calidad del agua (para beber, nadar y el consumo de mariscos procedentes en aguas contaminadas).
Debemos enseñar a los niños a lavarse las manos y si uno de los integrantes de la familia contrae esta enfermedad, es importante la utilización de desinfectantes para limpiar los lavados, inodoros, utensilios y cualquier objeto que haya utilizado el paciente.
La hepatitis B en niños y bebés
Se le denomina también hepatitis sérica y es causada por el virus de la hepatitis B (VHB), mismo que puede provocar una gran manifestación de síntomas que van desde el malestar general hasta una enfermedad hepática crónica, que puede llegar a convertirse en cáncer de hígado.
Vías de contagio
- Mediante fluidos corporales infectados: la sangre, la saliva, el semen, las secreciones vaginales, las lágrimas, y la orina.
- A través de transfusiones de sangre contaminada: al compartir agujas o jeringuillas infectadas.
- Tener relaciones sexuales con un paciente con VHB.
- Contagio de un recién nacido por su madre infectada.
- La hepatitis B puede transmitirse a los bebés por algún miembro de la familia.
- Es común que se produzca en forma de infección subclínica: cuando un adulto portador de la infección mantiene contacto con el niño.
- Se puede producir además si el paciente tiene un pequeño corte y el niño la piel agrietada por eccema.
La hepatitis C en niños
Estos casos son menos comunes en los niños, pero además son los más raros, se transmite por el contacto directo directo con una persona infectada y los síntomas suelen ser similares a los de la hepatitis A y B, pero la hepatitis C puede generar a la larga una enfermedad hepática crónica que puede acarrear un trasplante de hígado.
Vías de contagio
- Compartir agujas y jeringuillas.
- Realizarse tatuajes y perforaciones con instrumentos no esterilizados.
- Transfusiones de sangre.
- Contagio al recién nacido por parte de la madre infectada.
- Relaciones sexuales.
- En unidades de diálisis.