Según la Organización Mundial de la Salud OMS, la salud mental no se define por la mera ausencia de enfermedad mental; el bienestar mental contribuye significativamente a la salud general. Además, uno no puede llamarse sano mientras la psiquis sufra.
¿Qué dice la OMS sobre la salud mental?
Los niños y adultos jóvenes de todo el mundo se ven afectados por problemas de salud mental desde una edad temprana. Según la Organización Mundial de la Salud, la mitad de todas las enfermedades mentales que afectan a los adultos comienzan en la adolescencia.
En general, el 20 por ciento de los niños y adolescentes tienen problemas de salud mental Organización Mundial de la Salud. Un problema importante es que alrededor del 70 por ciento de los niños y adolescentes afectados no reciben un tratamiento oportuno y adecuado para la salud mental.
Datos importantes sobre la salud mental de los niños
Para que un niño sea mentalmente sano significa poder hacer frente a las tensiones normales de la vida y no sufrir depresión, ansiedad o ira ni en la escuela ni en el entorno social. La salud mental tiene un impacto significativo en el desarrollo y la utilización de las capacidades individuales de los niños.
Los trastornos mentales a menudo son causados por cambios o experiencias traumáticas en la infancia. La ansiedad, la depresión, las autolesiones, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el trastorno obsesivo compulsivo y el trastorno de estrés postraumático se encuentran entre las enfermedades mentales más comunes en la primera infancia.
Los cambios importantes en la vida de un niño, como comenzar la escuela o mudarse de casa, pueden afectar la salud mental. Además, la pubertad puede generar vulnerabilidades emocionales y psicológicas que predisponen a los jóvenes a problemas de salud mental.
Las experiencias traumáticas, como el divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido y la experiencia de la violencia, la guerra o los desastres naturales también son desencadenantes críticos de los trastornos mentales.
El bienestar mental es de suma importancia para el desarrollo de un niño
La exposición a la violencia es una de las causas más comunes de enfermedad mental en los niños. Está afectando a más y más jóvenes en todo el mundo, con un impacto masivo en su salud mental.
Algunos niños experimentan violencia física, sexual o emocional en su entorno social, en la escuela o en su familia. Otros no son directamente afectados, pero son testigos de actos de violencia o ven violencia en los medios de comunicación y redes sociales.
Dado que la falta de conciencia y la estigmatización son generalizadas, los problemas de salud mental en los niños suelen pasar desapercibidos y, por lo tanto, no se tratan.
La enfermedad mental en los jóvenes en estos casos puede tener consecuencias negativas de gran alcance para el desarrollo general, el rendimiento académico y la transición a la edad adulta.
Cómo ayudar
El apoyo de los padres puede prevenir problemas a largo plazo. Cuando se trata de mejorar el psique de los niños, los avances globales cuentan. Sin embargo, cada individuo puede hacer una contribución.
- Qué pueden hacer los niños: si conoces a otro niño que se está poniendo en peligro o te está haciendo entender que quiere hacerse daño, no dudes en pedir ayuda a alguien. Puedes construir tu propio círculo de amigos en el que se digan cómo les va, se escuchen y traten de ponerse en el lugar de la otra persona sin juzgar. Es bueno reunirse con regularidad y seguir preguntándote: ¿Cómo me siento? No tengas miedo de pedir consejo o apoyo a amigos o adultos cuando se sienta enojado, molesto o triste. Esto es especialmente cierto si estos sentimientos duran mucho tiempo.
- Lo que pueden hacer los padres: Prestar atención al comportamiento de sus hijos, escucharlos y tomar en serio sus sentimientos. Si estás preocupado, habla con tu hijo al respecto o pida consejo a otros padres, maestros o médicos. El diagnóstico precoz es crucial para prevenir efectos negativos en el desarrollo del niño. Los cambios de humor, cambios en el comportamiento, arrebatos emocionales extremos, dificultad para concentrarse, quejas psicosomáticas como dolores de cabeza o de estómago, lesiones físicas o abuso de sustancias son, entre otras, señales de advertencia comunes de problemas mentales.