Se estima que el 40% de la infertilidad en la pareja se debe a problemas en el hombre, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Experto: Patricio González, jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva
La fertilidad masculina depende de una eyaculación normal y de la condición adecuada del semen. Sin embargo, existen variaciones que producen esterilidad, como la ausencia de espermatozoides, denominada Azoospermia; o el bajo número y movilidad de éstos, llamada Oligospermia.
Frente a esto es importante determinar qué factores influyen y cuáles no, ya que existen muchos mitos en torno de este tema. Así lo afirma el doctor Patricio González, jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Alemana.
«En general, hay más creencias de lo que la ciencia ha podido demostrar. Como también hay muchos casos de parejas subfértiles, es decir, que no son infértiles, pero que van a demorar más tiempo, por lo que en ocasiones necesitan un poco de ayuda para concebir», enfatiza.
Estas perturbaciones pueden ser de origen genético, como la existencia de microdeleciones o deficiencias en el cromosoma Y. Para establecer las razones genéticas que pueden provocar este trastorno, se lleva cabo el test de infertilidad masculina (TIM).
Este examen está ideado para estudiar las áreas específicas del cromosoma Y, con el propósito de constatar la presencia de cualquier deficiencia. También se aplica para descartar otros factores detrás de la infertilidad. Para realizar esta prueba se necesitan muestras de saliva, o muestras de líquido espermático extraído del semen. El análisis demora cerca de 15 días y éste determinará la presencia o ausencia de las microdeleciones analizadas.
El especialista explica que la evaluación del hombre se realiza a través del análisis de semen o espermiograma. Las variables más importante son: concentración (número de espermios por ml), motilidad (movilidad traslativa), y porcentaje de espermios con formas normales o anormales.
Los valores de estos análisis son muy relativos y pueden variar de un eyaculado a otro, por lo que se recomienda realizar al menos dos análisis de semen. Una misma persona puede tener un recuento de 70 millones de espermios y tres días después de 16 millones.
A continuación, el especialista revisa algunas variables y determina cuáles son las que efectivamente podrían afectar la fertilidad masculina.
Temperatura
Existen evidencias que demuestran que el aumento local de la temperatura puede influir en la capacidad reproductiva de los hombres, por lo que cualquier exposición prolongada en el tiempo podría incidir.
La enfermedad llamada criptorquidia, condición congénita que no permite que los testículos desciendan desde la cavidad abdominal al escroto, lo que los expone a una temperatura mayor en el abdomen, está relacionada con una mala producción espermática.
«El problema es que al tratar esta enfermedad las tasas de embarazo no aumentan, por lo que habría otros mecanismos que interfieren, además de la temperatura», enfatiza el experto.
También podrían afectar, por ejemplo, el uso del laptop sobre las piernas, los saunas o baños termales y la ropa interior apretada, entre otras cosas, aunque no hay nada científicamente comprobado que corrobore esta hipótesis.
Tabaco
El doctor González es enfático en afirmar que está comprobado que el consumo de tabaco provoca una caída en la fertilidad del hombre. «Antes era más evidente en las mujeres, pero hay estudios que aseguran que en el hombre también influye», recalca.
En estos casos es difícil establecer una línea de corte, por lo que el especialista recomienda a todas las parejas que llegan a la consulta, que ambos dejen de fumar. Además, como dato, el tabaco es uno de los principales factores de riesgo para microabortos y malformaciones.
Edad del hombre
En el hombre hay una caída en la capacidad reproductiva después de los 40 años que, a diferencia de la mujer en la menopausia, no es tan evidente.
Por ejemplo, hombres de 60 pueden mantenerse fértiles, pero es difícil de testear en la población general, ya que tendrían que reproducirse con parejas en la etapa de más fertilidad femenina, entre 20 y 30. Por otra parte, una pareja en que el hombre es subfértil puede no tener problemas mientras la mujer es joven, pero a medida que va envejeciendo es posible que presente dificultades. «Lo que pasa es que la mayor fertilidad de la mujer joven ‘encubre’ la subfertilidad masculina», enfatiza el especialista.
Consumo de droga
Hoy, está comprobado que en hombres poliadictos también habría una disminución de la capacidad fértil, así como también en aquéllos que consumen cocaína y marihuana de manera habitual.
Patologías
Existen varias enfermedades que disminuyen la capacidad espermática. Una de las más frecuentes es la antes mencionada criptorquidia (testículo que no ha descendido) y el varicocele (dilatación de las venas a lo largo del cordón que sostiene los testículos).
Sin embargo, los estudios realizados no han mostrado que la cirugía del varicocele se traduzca en mejores tasas de embarazo en sus parejas, lo que no quiere decir que no se deba operar, sino que se deben investigar otras causas de la infertilidad.
Otra enfermedad que puede afectar la fertilidad masculina es la parotiditis o paperas, ya que puede provocar orquitis urliana, o sea una inflamación testicular que, secundariamente, podría dejar secuelas de infertilidad aunque con una incidencia muy baja. Lo importante, en este caso, no es la edad, sino que las paperas se presenten con orquitis.
Otros factores
El uso de hormonas afectaría la fertilidad debido a la disminución de los espermatozoides por inhibición de los niveles de testosterona.
Asimismo, los hombres con obesidad también podrían bajar su probabilidad de embarazar.
Para el especialista, el estrés es muy subjetivo y difícil de evaluar, especialmente en una pareja subfértil, ya que de los pacientes que llegan a consultar, la mayoría está estresado por no poder embarazarse, por lo que se requiere de más estudios para evaluar el impacto real.
Los cuadros psiquiátricos son otra cosa. Por ejemplo, los pacientes con depresión experimentan una disminución de la líbido, manteniendo una vida sexual baja, por lo que la posibilidad de embarazarse en periodo fértil es menor.
Tratamientos
Los tratamientos modernos de la subfertilidad e infertilidad masculina siguen siendo las técnicas de fecundación asistida, es decir, «acercar» el espermio al óvulo. Las más usadas son la inseminación intrauterina y la fecundación in vitro.
La gran revolución terapéutica es el ICSI (inyección de un espermio al interior del óvulo), el cual permite que las parejas con diagnóstico de factor masculino severo puedan ser padres.