También conocidos como espasmos o contracciones dolorosas del intestino, y están caracterizados por extensos episodios de llanto que se producen los primeros tres meses de vida del bebé. Escuchar llorar al recién nacido es desesperante, ya que muchas veces no entendemos cuál es el motivo y nos volvemos impotentes al momento de consolar al pequeño.
Sin embargo, el cólico del lactante puede detectarse porque pasa de estar callado y tranquilo, a llorar y gritar al finalizar la tarde, este llanto se puede mantener hasta tres horas porque no es posible evitarlo lo que genera estrés, cansancio y frustración, en los padres y el chico. Esto define muy bien esta situación y generalmente esta afección es más propia del primogénito.
¿Por qué se producen los cólicos del bebé?
Este malestar por décadas ha sido sinónimo de preocupación entre padres y pediatras, sobre todo en la cultura occidental, a pesar de ser los cólicos bastante frecuentes en los bebés. Incluso, se estima que un 30% de recién nacidos sufra de cólicos al iniciar la noche.
Diversos estudios al respecto, constataron que los países de culturas menos avanzadas donde habitualmente se lleva a los bebés sujetos al cuerpo prácticamente todo el día, lloran muy poco y aunque no lo creas, no tienen cólicos.
¿Cuánto dura el cólico del lactante?
Se manifiestas alrededor de la segunda y tercera semana de vida del bebé y puede durar 12 semanas más, el proceso de mejora es lenta pero va disminuyendo progresivamente hasta desaparecer en su totalidad cuando el pequeño llega al tercer mes de vida, si para entonces el cólico persiste, es necesario acudir al pediatra para buscar la raíz del problema.
A pesar de la molestia que causan los cólicos, la mayoría de los bebés comen y suben de peso de forma regular. Por lo general, el diagnóstico del cólico del lactante se basa en la descripción que aportan los padres sobre el llanto del niño, no obstante, también deben realizarse algunos exámenes físicos donde se descarte alguna hernia u otra afección de cuidado.
Formas de calmar el dolor del bebe
- Colócale en posición boca abajo: apoyando su cabeza en tu antebrazo, pasando tu mano bajo sus rodillas y evitando comprimir su tripita- y mécele suavemente, con movimientos rítmicos de balanceo y cantándole canciones de cuna. También puedes sentarte y apoyarle, boca abajo, sobre tus rodillas, mientras le das un ligero masaje en la espalda.
- Los balanceos en una mecedora con un ritmo marcado o bien los paseos en su cochecito o en automóvil le suelen tranquilizar.
- Un baño tibio, seguido de un masaje en la zona del dolor también puede ser una excelentes opción.