No hay nada más molesto que no poder dormir durante el embarazo, los cambios propios de este proceso hacen más difícil conciliar el sueño. En Facemama.com te ayudamos a entender sus causas y te ofrecemos algunos consejos para enfrentar esta situación.
Los principales motivos de las variaciones del ciclo del sueño son:
- Cambios Hormonales
- Náuseas: Provocadas por un aumento de la hormona gonadotropina coriónica humana (se da sólo en el embarazo), que se encuentra en la orina, lo que ayudaría a producir náuseas y vómitos.
- Ansiedad: Se puede dar por pensar en el parto, en la maternidad o en lo que vendrá más adelante con el bebé. Esto es más común en madres primerizas.
- Movimientos o patadas del bebé: Se mueven más cuando la madre intenta descansar. Se debe a la hormona cortisona, que despierta al bebé. Por lo que se hace difícil que la mamá pueda conciliar el sueño.
- Aumento del volumen abdominal
- Necesidad de orinar con frecuencia: Causada por el aumento de la hormona progesterona, que relaja los músculos lisos, entre los que se encuentran la vejiga y el útero.
- Dolores de espalda: Debido al peso y aumento del abdomen. Esto se explica por la hormona relaxina, que afloja los ligamentos del cuerpo, por lo que se pueden causar lesiones y dolores de espalda.
- Calambres en las piernas: Se hacen más fuertes durante la noche y pueden deberse a falta de calcio en la sangre, exceso de fósforo o por el cansancio que provoca el peso.
“Hay embarazadas que duermen plácidamente con mínimas molestias sólo al final de la gestación, y algunas que presentan dificultades desde el inicio, especialmente en los primeros embarazos”, aclara Leonardo Serra, Neurólogo del Centro del Sueño de Clínica Alemana.
Para conciliar mejor el sueño, los especialistas recomiendan:
- Ejercicios en la mañana: El ejercicio de la mañana ayuda a fijar el reloj biológico interno, para que reconozca la hora de descanso en la noche y obtener un sueño más tranquilo.
- Almohada de embarazo: Si existen problemas para estar cómoda, una almohada grande de embarazo puede ayudar.
- Buena hidratación y ejercicio: Hacer estas actividades puede evitar calambres. Además, si es necesario, existen medicamentos. Por supuesto, siempre consultar con el especialista antes de ingerirlos.
- Dieta equilibrada: Las comidas muy pesadas o condimentadas no son recomendables, así como también cenar muy tarde, ya que podría aumentar el reflujo. También es bueno dejar el consumo de cafeína, especialmente después de almuerzo.
- Alimentos: Los que contienen magnesio como los frutos secos (almendras, avellanas, pistachos y nueces), lechuga y el plátano. El magnesio actúa sobre el sistema neurológico, ayudando al sueño.
Por su parte, la leche también es un inductor del sueño debido a su gran contenido de calcio, el cual ayuda a disminuir el estrés.
- No dormir siesta: No es aconsejable tomar siestas después de almorzar, ya que durante la noche vas a estar muy descansada, y la consecuencia de esto sería el insomnio. Es recomendable saber respetar los horarios, de esta forma el cuerpo se acostumbra a una rutina que permite tener un sueño reparador.
Posición al dormir
La posición que adoptes a la hora de dormir también es importante y puede influir para tener un sueño más reparador. El Dr. Serra recomienda que durante el tercer trimestre es bueno dormir semisentada, especialmente cuando hay reflujo.
Lo que más se aconseja, según los especialistas, es dormir sobre el costado izquierdo, ya que de esta forma se alivia la tensión sobre la columna lumbar. En el lado derecho de la columna se encuentran los grandes vasos sanguíneos, por lo tanto al descansar así, el útero aplastaría la vena cava, produciendo problemas de circulación que hacen aumentar las várices y afectar la irrigación del bebé.