La vida intrauterina es extraordinaria, desde el primer momento las capacidades del bebé comienzan a desarrollarse y por supuesto el sentido del tacto no es la excepción, por tal razón, las caricias que puedas hacerle a la barriguita favorecen enormemente la conexión entre la madre y el pequeño que se está gestando.
Qué siente el bebé en el vientre de la madre
A partir del sexto mes de embarazo, la piel y las mucosas reaccionan ante la estimulación, pero desde el inicio de la gestación el bebé suele separarse o alejarse de las paredes del útero cuando por casualidad las rozamos ¿lo sabías?
Entre la semana 17 y la 22 de embarazo es común comenzar a sentir los movimientos del bebé; mismos que irán aumentando su intensidad progresivamente. Ante esta reacción se nos hace imposible resistirnos a acariciar o tocar la barriga mientras el pequeño se desplaza dentro de su saco plácidamente, este instinto ocurre por la necesidad de afianzar vínculos con nuestro hijo.
El bebé puede sentir las caricias aún estando en el útero
Estando en la semana 20 de gestación, el bebé ya puede sentir cuando los acariciamos, esto, a través de las paredes del útero. Poco a poco, el pequeño comenzará a reaccionar a estos estímulos y aunque parezca increíble, responde diferente cuando percibe que quien acaricia la barriga es un extraño.
Sí, es cierto, seguramente notarás que tu bebé está moviéndose sin control, pero si en ese momento un extraño toca la barriga, es muy posible que deje de moverse inesperadamente.
Comunicarse con el bebé a través de caricias
- Especialistas indican que esta es la técnica más recomendada para crear y reforzar vínculos entre los padres y el bebé.
- También es una forma de comunicarse con el bebé, pues él nos siente y escucha.
- A medida que va creciendo dentro de la barriga, puede diferenciar entre caricias y juegos.
- Los masajes prenatales ayudan al bebé y la madre a ser aún más llevadero el momento del parto.
- El padre también debe incorporarse a este estímulo, el vínculo debe crearse entre ambas figuras paternas y el bebé.