Exceso de líquido amniótico: Polihidramnios

exceso de líquido amniótico

El exceso de líquido amniótico en el saco gestacional se le conoce como polihidramnios. Esta condición ocurre durante la segunda mitad del embarazo y puede traer complicaciones tanto en la madre como en el bebé.

Experto: Ricardo Díaz Serani, gineco-obstetra especialista en medicina materno fetal de Clínica Vespucio.

El líquido amniótico protege al bebé y le da el espacio suficiente para que se mueva y así desarrolle los músculos y los huesos.

Sin embargo, cuando hay un exceso de este líquido amniótico dentro del saco gestacional, se produce una complicación llamada Polihidramnios.

¿Cuál es la causa de exceso de líquido amniótico?

Esta condición se debe a un defecto congénito en el aparato digestivo del feto, lo que impide que trague el líquido amniótico.

Esto puede suceder debido a trastornos gastrointestinales, problemas cerebrales o del sistema nervioso.

1 de cada 200 embarazos presentan aumento anormal de líquido amniótico durante el segundo trimestre de gestación.

El gineco-obstetra especialista en medicina materno fetal de Clínica Vespucio, Ricardo Díaz Serani, asegura que la mayoría de los excesos de líquido son leves y no están asociados a alguna condición patológica.

Dentro de sus causas existen tres factores que podrían ser el origen de esta situación:

Materna:

  • Diabetes durante el embarazo.
  • Incompatibilidad de grupos RH entre madre y feto.

Fetales:

  • Embarazo múltiple.
  • Malformaciones del tracto digestivo, sistema nervioso central.
  • Infecciones que afecten al feto dentro del útero.
  • Anemia fetal.
  • Genéticas.
  • Falla Cardiaca.

Placentarias:

  • Tumores placentarios.

¿Cuáles son los síntomas del Polihidramnios?

Las mujeres embarazadas pueden, no presentar síntomas y esto tendrá relación con la severidad del aumento de líquido amniótico.

En los casos más severos se asocia a malestar abdominal, dolor de espalda y dificultades respiratorias debido a que el útero oprime los pulmones y los órganos abdominales.

El especialista de Clínica Vespucio, asegura que la paciente puede presentar contracciones uterinas debido a la distensión excesiva de la cavidad uterina.

Los polihidramnios pueden ser detectados a través de un examen físico realizado en un control médico, aunque puede resultar difícil tocar las partes fetales, ya que el abdomen materno se siente muy tenso.

Sin embargo, la evaluación definitiva será en un examen ultrasonográfico durante el cual se podrá estimar la cantidad de líquido amniótico.

¿Qué tratamiento debo seguir ante el exceso de líquido amniótico?

Los casos de polihidramnios leve se resuelven sin requerir ningún tipo de tratamiento.

Sin embargo, el doctor Ricardo Díaz, señala que existen casos en que no se pueden tratar, pero se pueden hacer manejos paliativos para mejorar la condición materna y fetal.

Por ejemplo en la paciente con diabetes gestacional, el buen control de su patología podría evitar el desarrollo de esta condición.

En otros casos, hay que sacar líquido con un procedimiento que se denomina amniodrenaje para descomprimir la cavidad uterina y mejorar el bienestar materno.

Existen tratamientos con algunos fármacos del tipo antiinflamatorios que se utilizan para lograr una disminución en la producción de líquido, pero estos deben ser realizados por profesionales dedicados al tema, ya que se debe vigilar al feto de los efectos adversos que esto puede producir.

Consecuencias para la madre y el bebé

El especialista en medicina materno fetal de Clínica Vespucio, Ricardo Díaz, indica que las complicaciones van a depender de la causa que origina el polihidroamnio.

Por ejemplo malformaciones, alteraciones cardiacas, diabetes gestacional, etc.

Cada una de estas patologías tiene su propio pronóstico y el aumento de líquido amniótico es una manifestación más.

Esta patología aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo, como el parto prematuro, rotura de las membranas, desprendimiento de placenta y hemorragias postparto.

Las embarazadas con polihidramnios deberán ser controladas regularmente y tienen que realizarse ecografías semanales para vigilar los niveles de líquido.


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