Pérdida de líquido amniótico

Pérdida de líquido amniótico

En ocasiones, las madres suelen tener pérdida de líquido amniótico antes del parto, lo que se conoce en términos médicos como la rotura prematura de membranas ovulares.

Sin embargo es importante prestar mucha atención, por si esto está ocurriendo y aún no tienes las semanas necesarias para el nacimiento de tu bebé.

Experto: Enrique Oyarzún, gineco-obstetra en la Clínica Universidad de los Andes. 

Las causas que inciden en la pérdida de líquido amniótico no están claras aún, por ello el Doctor Enrique Oyarzún, nos aclara de qué se trata este fenómeno. El mismo se puede producir el inicio del trabajo de parto o aborto, inclusive, si se trata de embarazos menores a 22 semanas.

Por eso es necesario consultar al médico ante cualquier escurrimiento de este líquido por la vagina. Según estadísticas dadas a conocer por la PUC, la incidencia de la pérdida de líquido amniótico fluctúa entre el 2,7 y 17% de los embarazos, de ellos, el 20% de los casos corresponde a gestaciones de pretérmino.

Esto último resulta grave:

“porque se relaciona entonces con la pérdida del embarazo, o con un parto prematuro”, acota el especialista. De hecho, “un tercio de los partos prematuros se originan en la rotura prematura de membranas”, en palabras del gineco-obstetra Enrique Oyarzún.

El líquido amniótico se encuentra la interior de la membrana amniótica, envolviendo al bebé durante toda su gestación.

Al ingerirlo, el pequeño lo envía al sistema circulatorio de la mamá a través de la placenta y su función es esencialmente protectora.

“Previene el daño fetal cuando la madre sufre algún trauma y juega un rol importante en el desarrollo pulmonar fetal. Ayuda a mantener una temperatura estable y contiene agentes antibacterianos que protegen al feto de bacterias que pudieran ingresar a la cavidad amniótica”, precisa.

Tratamiento ante la pérdida de líquido amniótico

La pérdida del líquido amniótico no es normal, y su causa aún no se encuentra bien definida. El facultativo puntualiza que aunque hay varios factores involucrados,

“uno de los mejor estudiados y que estaría presente en un porcentaje cercano a la mitad de los casos es la infección”.

Ya sabemos que estimula el inicio del trabajo de parto, y que en embarazos menores a 22 semanas puede provocar incluso un aborto. Por eso, es imperioso consultar al médico en caso de notar alguna situación irregular al orinar o en la ropa interior.

Existen dos alteraciones ligadas al líquido amniótico: oligohidroamnio y polihidroamnio.

Según explica el doctor Oyarzún, el oligohidroamnio es “la disminución patológica del líquido amniótico, en tanto que el polihidroamnio es el aumento anormal del volumen de éste”.

Agrega que el diagnóstico se hace por clínica y ecografía, aunque “la cantidad exacta de liquido amniótico es variable según la edad gestacional, de modo que no existen cifras absolutas para definir las alteraciones descritas”. Los síntomas de ambas patologías pueden variar en cada mujer, aunque siempre es importante que estés atenta para consultar al especialista cuanto antes.

Por ejemplo, el oligohidroamnio no sólo es palpable mediante el goteo irregular, sino también visible gracias a una ecografía que es capaz de detectar el bajo nivel de líquido amniótico. En tanto que el polihidroamnio, podría generar molestias en el abdomen, contracciones uterinas y crecimiento acelerado del útero. El bajo nivel de líquido amniótico o que se encuentre aumentado, es igualmente patológico.

En términos del especialista,

“ambas condiciones aumentan la morbimortalidad perinatal”.

Por ello, insiste en que ante cualquier escurrimiento al ir al baño, aunque no cause dolencias, es necesario informar en la maternidad o clínica donde se resolverá el parto para una evaluación. Ten en cuenta que la pérdida de líquido amniótico durante cualquier periodo del embarazo es motivo de consulta, si tiene sospechas, no las dejes pasar.

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