Algunas futuras mamás se dan cuenta que, durante el embarazo, su memoria a corto plazo no funciona como de costumbre, sobre todo en el primer y el tercer trimestre.
Esto no es anormal, es más, tiene su lógica, porque esta etapa está llena de emociones nuevas, ansiedades e ilusiones, además del agotamiento que el embarazo conlleva y las náuseas producidas por los cambios hormonales. Todo esto puede afectar tu concentración para las demás cosas. Igualmente, el insomnio puede afectar tu capacidad de alerta.
No existen estudios concretos sobre la relación del embarazo y la memoria, por lo que no se sabe con exactitud lo que sucede. Si bien algunos estudios han identificado dificultades en el habla y falta de memoria durante el embarazo, otros han demostrado que las mujeres embarazadas obtienen los mismos resultados en los exámenes cognitivos que las mujeres que no lo están.
Qué hacer
Practica estrategias que te ayuden a recordar lo importante. Existen algunos trucos, como anotar cada cosa que debas hacer, usar una agenda o asignar un lugar determinado para cada objeto que se pierda fácilmente, como tus llaves.
Por otro lado, puede que lo que necesites sea tomar las cosas con calma. Si tienes muchos proyectos antes de que nazca el bebé (como pintar todo o renovar la casa), tendrás estrés y claramente tu memoria no funcionará tan bien. Como estás embarazada, date el lujo de relajarte: disfruta baños largos, cena sin prisa con tu esposo a la luz de una vela, da un paseo, lee mucho; todo esto te servirá, además que no podrás hacerlo después. Si tienes más hijos, igual puedes buscar ratitos para ti. Se trata de ahorrar energía y concentrarte en las cosas importantes.
¿Es peligroso?
No necesariamente. Ahora, si ves que te cuesta mucho pensar o concentrarte y te sientes decaída o deprimida, podría tratarse de una depresión. En este caso, no sufras sola. Cuéntaselo a tu médico para que te ayude con un tratamiento adecuado para ti y para el bebé.