Como futura mamá, estarás muy atenta a darle a tu cuerpo todo lo que necesita durante este período y dentro de los elementos imprescindibles para garantizar un buen desarrollo del bebé en camino e impedir anomalías congénitas están el calcio, el hierro y el ácido fólico.
Según expertos en Medicina Perinatal, tanto el hierro como el ácido fólico deben comenzar a ingerirse idealmente de 2 a 3 meses previos a quedar embarazada. Sin embargo, según especialistas en Ginecología y Obstetricia, aproximadamente la mitad de los embarazos no es planificado, por lo que es muy importante que empieces a incluirlos en tu dieta al momento de saber de tu estado y tomarlos hasta que termines de dar pecho.
Respecto al calcio, es recomendable que lo tomes apenas sepas de tu embarazo o a más tardar en el tercer trimestre, prolongando su ingesta hasta la lactancia.
¿Por qué tomarlos?
Si bien puedes encontrarlos en algunos alimentos, la cantidad que deben consumir las mujeres embarazadas es mayor a la normal, por lo que es necesario que se incluyan como suplementos alimenticios.
¿Cuál es su función?
- En especial, el ácido fólico está relacionado con la prevención de defectos congénitos, particularmente en el tubo neural o columna vertebral.
- Si tomas este elemento de forma correcta, puedes evitar anomalías como la espina bífida.
- La dosis apropiada debe tomarse entre las primeras 8 a 10 semanas de la formación del bebé.
- Además, estos suplementos son muy necesarios para las mamás, ya que el ácido fólico participa en el metabolismo del hierro y su déficit podría causar anemia dilucional, muy común en el embarazo.
En resumen, es vital que te alimentes de manera equilibrada y sigas las sugerencias de un especialista mientras dure esta etapa, quien podrá ayudarte a que tu embarazo sea feliz y saludable y además que el bebé logre desarrollarse adecuadamente y evitar cualquier anomalía o complicación a la que se expone la madre y el feto durante la gestación.