Indigestión y embarazo

Sensación de plenitud gástrica y acidez son algunos de los síntomas de este poco amable trastorno. Si bien, es habitual su presencia, se debe tener controlado para no sufrir mayores complicaciones.

Experto: Andrea Córdova, gastroenteróloga de Integramédica

Junto con las náuseas matinales, la acidez y los edemas, la indigestión es un de los efectos más propios del embarazo. Este incomodo estado, presente luego de ingerir alimentos, corresponde a un trastorno en la motilidad, sensibilidad o secreción a nivel gástrico que altera el normal funcionamiento digestivo.

Según explica el Dra. Andrea Córdova, Gastroenteróloga de Integramédica, “es bastante frecuente que se manifieste en la embarazada dado que se producen grandes cantidades de progesterona y estrógeno, que relajan la musculatura lisa del tracto digestivo. De ésta manera, el tránsito intestinal se enlentece produciendo diversas consecuencias”.

Asimismo, en el último trimestre el útero entra en expansión, aumentando en gran medida su volumen, lo que provoca compresión accidental del estómago e intestino. Por ello es posible que, a pesar de que tener hambre, se experimente con frecuencia indigestión por la falta espacio. Este síntoma, normalmente desaparece luego del nacimiento del bebé. La indigestión o dispepsia esta acompañada de ardor, acidez, reflujo gastroesofágico, distensión abdominal, flatulencia, sensación de plenitud gástrica, náuseas, vómitos, constipación y/o diarrea.

¿Qué hacer con este problema?

Para evitar la indigestión y controlar las molestias producidas por su presencia, la especialista en Gastroenteróloga de Integramédica recomienda poner en práctica las siguientes acciones:

  • Evitar el alcohol, frituras, comidas grasas, embutidos, gaseosas, menta y sus derivados.
  • Comer lentamente y masticar bien.
  • Disminuir las porciones de alimentos y aumentar su frecuencia a lo largo del día. Alimentarse al menos 2 horas antes de recostarse.
  • Usar ropa holgada, que no comprima el estomago.
  • Elevar la cabecera al dormir
  • No ingerir mucho líquido mientras se come, ya que éste diluye las enzimas digestivas que se necesitan para digerir los alimentos completamente. No obstante, se debe beber suficiente agua entre las comidas para mantener hidratado el cuerpo.

Asimismo, sostiene que de ser necesario pueden usarse antiácidos como tratamiento farmacológico. Los más recomendados son aquellos que contienen magnesio o calcio.

Casos de mayor preocupación

Si bien, este trastorno es común en el embarazo y pasará una vez que llegue el momento del alumbramiento, la Dra. Andrea Córdova sostiene que la mujer debe preocuparse por el tema y acudir al doctor “en caso de persistir síntomas muy intensos y frecuentes, pese a llevar una buena dieta; presencia de vómitos abundantes que dificulten buena alimentación; criterios de deshidratación como mucosas secas, mareos y compromiso del estado general”.

Agrega que la presencia de deshidratación puede ser nociva para el bebé, por lo que es indispensable asistir a la brevedad a control médico o urgencias.


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