Cuando se habla que existe una incompatibilidad de grupo sanguíneo (Rh) entre la madre y su bebé quiere decir que la embarazada tiene un factor Rh negativo, mientras que el bebé lo tiene positivo.
Ante la incompatibilidad de grupo sanguíneo la sangre de ambos al ponerse en contacto puede generar anticuerpos por parte del organismo de la madre contra el Rh de su pequeño. El sistema de la madre genera anticuerpos que atacan las células sanguíneas fetales, pueden destruir glóbulos rojos y provocar anemia en el feto.
¿Qué hacer si hay incompatibilidad de grupo sanguíneo entre el bebé y la mamá?
El contacto entre la sangre del pequeño y su mamá puede ocurrir durante el embarazo, por algún tipo de hemorragia o al momento del parto. La incompatibilidad no tiene ningún síntoma, sólo un análisis clínico puede otorgar este dato a un médico. El tratamiento es una vacuna para la mamá que se otorga durante la semana 28 del embarazo llamada inmunoglobulina Rh, la que impide que la madre genere anticuerpos contra el recién nacido.
Durante el parto el personal médico estará pendiente y tendrá excesivo cuidado ante una posible complicación del bebé. Los doctores recomiendan realizar una visita preconcepcional donde la madre puede conocer antes su tipo de sangre, así el ginecólogo podrá elegir el tratamiento más adecuado y tener un control.
Si la madre está esperando a su segundo bebé deberán tomar cuidados especiales porque la sensibilidad aumenta con cada gestación. Si no hay un cuidado los anticuerpos podrían atravesar la placenta y atacar la sangre del bebé generando un mayor riesgo para que nazca con anemia o podría terminar en una muerte intrauterina por la misma.
Si el doctor observa que el bebé sufre de una anemia y considera que necesita tratamiento, podría inducir el parto si está en las últimas semanas o si no podría realizar una transfusión de sangre a través del cordón umbilical.