Hemorragia nasal en el embarazo

A pesar de que es más habitual en el embarazo, debes estar alerta, ya que toda hemorragia frecuente puede causar anemia, la que debe ser tratada a la brevedad por un especialista.

Experto: Jaime Bermeo, otorrinolaringólogo de Clínica Ciudad del Mar

La hemorragia nasal tiende a ocurrir con más frecuencia durante el embarazo. Como hay un aumento del riego sanguíneo, hay más presión sobre los delicados vasos sanguíneos de la nariz, lo que hace que se lesionen más fácilmente. El hecho de que la nariz sangre un poco de vez en cuando, aunque pueda resultar desagradable e inoportuno, generalmente no presenta riesgos.

“Lo más frecuente es que la hemorragia nasal se presente en el tercer trimestre del embarazo, que es cuando hay más cambios hemodinámicos, de presión intraabdominal y otras enfermedades hipertensivas, como por ejemplo la eclampsia”, explica el doctor Jaime Bermeo, otorrinolaringólogo de Clínica Ciudad del Mar.

Hay más posibilidades de que te sangre la nariz cuando estás resfriada, si tienes sinusitis o una alergia, o cuando las membranas internas de tu nariz se secan, como sucede cuando hace frío o en lugares con aire acondicionado, cabinas de aviones y otros ambientes secos. Los traumatismos y ciertas afecciones, como hipertensión arterial o trastornos de coagulación, también pueden causar hemorragias nasales.

El especialista explica que “toda hemorragia frecuente puede causar anemia, por lo tanto ante la recurrencia de las epistaxis se debe evaluar y tomar exámenes básicos, como un hematocrito y pruebas de coagulación y así poder determinar la gravedad o no de los episodios y buscar una causa para corregirla”.

Es fundamental que consultes con tu médico y te hagas los exámenes que te soliciten. Si estás realizando alguna rutina de gimnasia debes contárselo al especialista. “Una vez descartado que no se trate de un problema hipertensivo del embarazo y que no tiene un caso de anemia severa, no debería haber problema de continuar con gimnasia adecuada para la edad gestacional”, comenta el doctor Bermeo.

¿Cómo puedo frenar una hemorragia nasal?

Si tu nariz comienza a sangrar, siéntate, mantén la cabeza en alto y ejerce presión sobre el orificio nasal que esté sangrando durante 5 a 10 minutos. (Utiliza un reloj, es más tiempo del que crees.) Con el dedo pulgar y el dedo índice doblado, aprieta con firmeza toda la parte inferior blanda de la nariz y haz presión contra tu cara. No sueltes ni un segundo — ni siquiera si sientes curiosidad por ver si se ha detenido la hemorragia — ya que eso podría interferir en el proceso de coagulación.

Aplicar hielo también puede ayudarte, pues reduce el calibre de los vasos sanguíneos. Sostén una compresa fría sobre tu nariz y tus mejillas con la mano que no está apretando los orificios nasales.

No te acuestes ni inclines la cabeza hacia atrás: podrías tragar sangre, lo cual puede causar náuseas o incluso vómitos. Si la hemorragia no se detiene después de 10 minutos de presión y hielo, continúa otros 10 minutos, siempre y cuando no estés sangrando mucho. Llama a tu médico si no se detiene después de 20 minutos de hacer presión.

Si te sangra la nariz después de una lesión o golpe en la cabeza, tendrán que hacerte un chequeo médico, incluso si sólo se trata de una leve. Si tienes hemorragias frecuentes, díselo a tu médico o enfermera para que puedan descartar problemas subyacentes.

¿Puedo hacer algo para evitar las hemorragias nasales?

  • Bebe más líquido para mantener la mucosa bien hidratada.
  • Suénate la nariz suavemente. El sonarse fuerte puede provocar hemorragia nasal.
  • Trata de mantener la boca abierta al estornudar.
  • Evita el aire seco, especialmente en invierno o en climas secos, colocando un humidificador en tu casa y evitando demasiada calefacción en tu cuarto. Asimismo, aléjate de agentes irritantes como el humo, que deberías estar evitando de todos modos.
  • Utiliza un lubricante para aliviar la sequedad nasal, idealmente los sprays de suero fisiológico (de uso común en niños).
  • No utilices aerosoles o descongestionantes nasales en exceso. Pueden secar la nariz e irritarla aún más.

 


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