Durante el embarazo, la madre presenta importantes cambios fisiológicos a los cuales se debe prestar vital atención. Éstos no son permanentes ni anormales, pero deben tratarse con ejercicios especiales para no sufrir mayores consecuencias.
Es por ello que Facemamá ha creado este artículo donde se resaltan algunas recomendaciones que pueden ser consideradas a la hora de ejercitarse:
Si mantiene una buena rutina de ejercicios, podrá lograr mejoría en la postura, alivio del dolor de espalda y fortalecer los músculos para la preparación del trabajo de parto. El ejercicio además entrega mejoría en la circulación, logra que aumente el nivel de energía de la madre y que sufra menos fatiga.
Ocasionalmente, el ejercicio puede estimular la actividad uterina o causar otros posibles problemas. Es por esto, que antes de empezar una rutina de ejercicio, debe cerciorarse de no sufrir riesgos de parto prematuro.
¡Toma precauciones!
- Cuando comience sus ejercicios debe tomar precauciones como mantener siempre una postura correcta inclinando su pelvis y enderezando su espalda.
- Debe vigilar su respiración y mantener la habilidad de caminar y hablar sin dificultad mientras hace ejercicio.
- Deberá dejar de ejercitarse cuando se canse y no hacer ejercicios hasta quedar exhausta.
- Tres veces por semana es una buena rutina, ya que durante el embarazo, los ejercicios aeróbicos no deben excederse para que su cuerpo pueda descansar y recuperarse apropiadamente.
- Está prohibido hacer abdominales inclinándose más allá de los 45 grados, así como también levantar los pies sobre las caderas (posición de la vela).
- Además debe evitar cualquier tipo de ejercicio que pueda ocasionarle algún trauma abdominal, aunque este sea ligero.
- No debe olvidar la respiración. Ésta debe ser continua y exhalando al hacer el esfuerzo. Debe beber líquidos en abundancia antes, durante y después de hacer ejercicio, para prevenir una deshidratación.
- Los programas de ejercicio durante el embarazo deben estar dirigidos hacia el fortalecimiento de los músculos para minimizar el riesgo de lesiones en las articulaciones y ligamentos.
Diariamente puede incorporar una rutina de estiramiento, fortalecimiento y relajación. Así, tres veces por semana podrá dedicarlos a una actividad aeróbica de bajo impacto o sin impacto, como nadar o pasear en bicicleta, con un calentamiento y enfriamiento apropiados y no debe exceder los 20 minutos cada vez.