Las fugas de leche en el embarazo, corresponde a una situación normal que aparece en el tercer trimestre. No existen formas para detenerla, pero si se recomienda el uso de protectores absorbentes. Al respecto, el especialista en ginecología de la Red Salud UC, en Chile; Juan Pedro Kusanovic proporciona algunos detalles.
Avanza el embarazo y los cambios en tu cuerpo te siguen sorprendiendo. Una de estas nuevas variaciones es la pérdida de líquido desde los pechos, situación que puede presentarse en el Tercer Trimestre o en ocasiones, antes de la semana 27 de gestación.
Según explica el Dr. Juan Pedro Kusanovic, ginecólogo de la Red Salud UC en Chile, “se trata de una condición normal debido al aumento significativo la Prolactina, hormona de la lactancia”. El aumento de ésta, se encuentra en directa relación con el desarrollo continuo de la placenta y de las sustancias que libera. La Prolactina a su vez, estimula la producción de leche en los alvéolos de las Glándulas Mamarias, que poco a poco descargaran pequeñas cantidades de líquido de los pechos.
Su aspecto es lechoso, algo amarillento y pegajoso. Pese a que no es leche propiamente tal, se trata del Calostro, una sustancia nutritiva, rica en anticuerpos, que será el primer alimento del recién nacido antes de que la madre produzca leche. La cantidad que salga es variable, pero por lo general es secretado en escasa cantidad (goteo).
¿Qué medidas debo tomar frente a estas fugas?
Si bien a la mayoría las mujeres presentan estas fugas, también es normal no manifestarlas y no se debe interpretar dicha situación como signos de alerta.
Ya que su aparición es algo normal y se entiende como señal de que la glándula mamaria ya ha iniciado su proceso de producción, los especialistas advierten que no existen medidas efectivas para evitarla, de la misma forma no se debe incurrir en prácticas “caseras” para cortarla. Por otra parte tampoco será necesario guardar este líquido ni extraerlo voluntariamente.
El Dr. Kusanovic recomienda que si la secreción fuese mayor a lo habitual, pueden utilizarse protectores mamarios absorbentes (en el mercado existen desechables y reutilizables) con el objetivo de mantener la ropa interior seca.
Como en todo el embarazo, se debe tener cuidado con la limpieza de los pechos y pezones. Lavar con agua tibia, y solo si fuese necesario, con jabón neutro, ya que éste podría eliminar la sustancia antibacteriana que secretan las pequeñas glándulas ubicas en la aureola del pezón (glándulas de Montgomery). No escobillar ya que podría romper la piel y a futuro predisponerla a grietas en el período de lactancia.
Se puede aprovechar esta situación para estimular los pechos con suaves masajes, esto ayudará en el futuro a fomentar la producción exitosa de leche. Asimismo, el calostro se puede utilizar para ayudar a dar forma a los pezones de la madre y así beneficiar un buen agarre del bebé al pecho.