Al momento de enterarte que estás embarazada sin duda te absorberá una gran felicidad, pero luego, quizás, te asecharán varias preocupaciones, en especial sobre si serás capaz de llevar a cabo esta maravillosa tarea. Aquí algunos consejos para sobre cómo enfrentar los temores del embarazo y para ello la Terapeuta chilena, Nina Bravo nos ha aportado información de interés.
El embarazo es un proceso que se idealiza mucho, comúnmente desde afuera se piensa que será pura felicidad. Sin embargo, quienes no están en el papel de la mujer desconocen que a la gestante la abordaran un sin número de temores, incluso, hasta el momento final.
Es muy frecuente cuestionarse cosas como si el hijo nacerá con alguna deformación física o alguna enfermedad particular.”Es conmovedor ver como las madres cuentan los deditos de manos y pies a los bebés cuando nacen, para asegurarse que todo está bien”, señala la terapeuta Nina Bravo.
Otra inquietud común es la posibilidad de perder al bebé o que éste se nos “caiga” de la bolsa amniótica, sin previo aviso. Las dudas respecto a qué ocurrirá en el parto y si seremos capaces de atender correctamente a nuestro hijo, son cuestionamientos aún más usuales que las anteriores.
En muchas ocasiones, la sociedad y el medio cercano a la embarazada con la propagación de una serie de mitos tampoco contribuyen a su tranquilidad. Entre ellos Bravo destaca:
- No comprar nada antes de los tres meses por el riesgo de perder al bebé:
- No mirar cosas feas porque nuestra guagua nacerá fea;
- No tener relaciones sexuales porque se puede perder al hijo.
Según sostiene la especialista “aquí la familia y los cercanos a la embarazada deben entender que ella sólo necesita tranquilidad y no tienen derecho a echarle a perder este momento tan hermoso en su vida”.
¿Cómo controlar los temores?
Pon atención de los siguientes consejos para lograr un embarazo tranquilo y sin el asecho constante de aquellas preocupaciones más comunes:
- La información es clave: leer lo más que se pueda sobre el embarazo y el nacimiento de nuestro hijo disminuye la incertidumbre sobre a qué nos enfrentamos;
- Tener una matrona de mucha confianza para llamarla a medianoche frente a algún síntoma preocupante y que ella tenga la paciencia suficiente para tolerar a las mamás “catetes”.
- Sentirse “en buenas manos”, es decir, un obstetra muy profesional. Elegir, además, una clínica u hospital que tenga un buena infraestructura de urgencia para la madre y el bebé.
- Compartir con otras embarazadas. No hay nada que alivie más emocionalmente que exteriorizar nuestras aprehensiones y ver que son compartidas por otras gestantes;
- *Rodearse de gente positiva que nos tranquilice y nos transmita “buenas vibras”.
Identificar actitudes más patológicas
Como ya hemos dicho, es normal que la embarazada tenga constantemente temores en relación al desarrollo de su embarazo y sus aptitudes como madre. No obstante, el entorno y ella misma deben poner atención cuando estas desconfianzas generan actitudes patológicas y defensivas como no ir a los controles médicos para que no se nos critique el peso, iniciar dietas extremas, auto-medicación o ingiere bebidas alcohólicas, entre otras.
Existen algunas manifestaciones fisiológicas permanentes que pueden determinar estas actitudes como la presencia de sudoraciones, dolores de cabeza, taquicardia, alteraciones del sueño, etcétera. Estás manifestaciones “requieren atención sicológica o siquiátrica, más aún cuando hay antecedentes de problemas mentales previos”, enfatiza Bravo.