Las malformaciones cardíacas son la patología congénita más frecuente entre los recién nacidos en Chile. De hecho, en nuestro país, 4 de cada mil recién nacidos padece una cardiopatía. Embarazo de riesgo
Experto: Víctor Dezerega, ginecólogo materno fetal de Integramédica
Para las futuras madres es clave llevar un adecuado control del embarazo durante todos los meses de gestación y es fundamental que cada mujer esté al tanto de qué es un embarazo de alto riesgo, sus complicaciones y cómo se puede evitar. De esta forma, se pueden detectar a tiempo problemas que podría tener el recién nacido.
Las complicaciones del embarazo más relevantes incluyen el parto prematuro, los trastornos hipertensivos del embarazo y las malformaciones congénitas, dentro de la cual se encuentra la cardiopatía congénita.
Esta patología consiste en malformaciones de la estructura y función del corazón que puede ocasionar problemas de tamaño, ritmo y formación de los ventrículos, aurículas, válvulas y conexión de los tractos de salida. Esto puede llevar a una insuficiencia cardiaca y muerte fetal dentro del útero.
Muchas de estas malformaciones son bien toleradas dentro del útero, sin embargo, al nacer, la guagua sufre una serie de cambios en su circulación y debe respirar solo y es entonces cuando la cardiopatía se complica y puede ocasionar su muerte.
“Esta enfermedad es la más frecuente dentro de las malformaciones. Se calcula que alrededor de 4 por mil recién nacidos vivos la padecen. Pero, al mismo tiempo, es la menos diagnosticada. Esto se debe a que no siempre la alteración es detectable en la ecografía obstétrica y se requiere un examen cardiaco ultrasonográfico de mayor complejidad para poder diagnosticarla”, destaca el ginecólogo materno fetal de Integramédica, Víctor Dezerega.
Aún no existe claridad sobre las causas para que el corazón se forme de manera anormal dentro del útero. Sin embargo, factores como contaminantes ambientales, genética y enfermedades como la rubeola o la toxoplasmosis, pueden influir en esto. Asimismo, drogas como el alcohol, litio, anfetaminas, entre otras, aumentan los riesgos.
Incluso, enfermedades crónicas en la madre –por ejemplo la diabetes- pueden acrecentar la posibilidad de presentar cardiopatía congénita, aunque se puede evitar siguiendo un tratamiento especializado que debe comenzar antes del embarazo.
La clave es actuar a tiempo
Un control de embarazo comienza con un análisis médico de la madre, en el cual se recopilan antecedentes como si ha sido operada, o si sufre de enfermedades o alergias, entre otros. Adicionalmente, se realizan una serie de exámenes para descartar ciertas patologías como: anemia, problemas metabólicos -como diabetes-, dificultades hepáticas y renales, infecciones virales y trastornos metabólicos -como por ejemplo el hipotiroidismo-, entre otras.
El doctor Víctor Dezerega señala que si al siguiente control aparece algo alterado, se convierte en un embarazo de alto riesgo. “Por lo tanto, el control de embarazo básicamente consiste en pesquisar a la mamá por si presenta o no un riesgo obstétrico, y si lo presenta debe controlarse la patología encontrada con un especialista”.
Desde el punto de vista fetal, se realiza un camino paralelo, en el cual se lleva un control del feto a través del ultrasonido con la realización de 4 ecografías obligatorias, las que determinarán si el bebé presenta algún riesgo.