Los dolores comunes en el embarazo se dan al costado del útero, donde se ubican los ligamentos redondos. Mientras más crece el útero en el embarazo, más se estiran los ligamentos, causando dolor en los costados del abdomen. Por lo general, estos dolores comienzan en el segundo trimestre del embarazo.
Dolores comunes en el embarazo en el bajo vientre y los costados
El dolor en los ligamentos redondos puede agudizarse cuando la embarazada cambia de posición de marena muy repentina, suele sentirse una punzada o un malestar generalizado en la zona.
La futura madre debe ser cuidadosa al levantarse de la cama o de un sillón, como también cuando tose muy bruzcamente o cualquier otro movimiento que perjudique esa zona.
Se debe ser prudente con las actividades físicas, en especial si se tenía una rutina demasiado intensa antes de que se embarazara.
Puede sentir un dolor sordo si ha tenido un día muy activo, si ha caminado demasiado o ha realizado labores domésticas muy extensas.
El dolor se suele canalizar desde la ingle hacia arriba o los lados, hasta llegar hacia las caderas.
Este dolor interno se suele identificar siguiendo la línea que el bikini traza sobre la piel, el área que abarca dependera de la intensidad de ese dolor.
Cuándo consultar a un doctor
Es posible que este incómodo malestar no pase de un dolor leve pero intenso de los ligamentos redondos.
Afortunadamente, estos dolores no suelen durar demasiado, basta con cambiar de posición, hacer un poco de ejercicios o levantarse cuando se está acostada.
Sin embargo, cuando el dolor es abdominal se debe poner atención, pues puede ser indicativo de un problema obtétrico más complicado, como parto prematuro, preeclampsia severa o desprendimiento de placenta.
Se debe acudir al doctor inmediatamente si el dolor persiste y es constante. Si además es acompañado con retorcijones o contracciones es indicativo de que algo no anda bien.
Otros dolores que llaman la atención
- Si la futura mamá presenta algunos de los siguientes dolores debe acudir inmediatamente al doctor:
- Si siente dolor en la zona baja de la espalda, sobre todo si nunca antes lo había experimentado.
- Si aumenta la presión en el área pélvica, tal como si sintiera que el bebé esta empujando hacia abajo.
- Si además tiene hemorragia vaginal, manchas de sangre, o cambios en la cantidad o el tipo de flujo vaginal.
- Fiebre, escalofríos, desmayos o náusea y vómitos.
- Dolor o quemazón al orinar.
Cómo disminuir las molestias
- Si efectivamente el médico ha detectado un problema con los ligamentos redondos, la embarazada puede aliviar en parte el malestar sentándose, poniendo los pies en alto y tratando de relajarse cuando sienta que comienza el dolor.
- Una correcta posición a la hora del sueño también ayuda a que el dolor disminuya.
- Flexionar las rodillas por encima del abdomen o ponerse en posición fetal también alivia.
- Una ducha de agua caliente da una sensación de bienestar.
- Por último, la actividad física genera muchas cosas positivas, aunque antes se debe consultar al médico que tipo y cuánto es recomendable practicar.