Piensa en ello como un último recuerdo de la estancia uterina de tu pequeño: el muñón del cordón umbilical del bebé. Después de que nace y le cortan el cordón umbilical, queda un poco adherido a su ombligo. El color del muñón cambia de un verde amarillento al nacer a negro a medida que se seca y luego se cae, generalmente de una a cuatro semanas después.
Parece extraño, pero no te dejes intimidar. Atender el muñón umbilical es en realidad una simple cuestión de mantener la costra limpia y seca para ayudar a acelerar la curación, y dejarla en paz.
Deberás procurar una correcta higiene diaria, para evitar posibles infecciones. Durante el parto, el especialista que recibe al recién nacido, cortará el cordón dejando sólo el tocón o muñón, el cual se pone negro a los pocos días de nacimiento y se cae entre una a cuatro semanas después. Durante este período es necesario tener cierto tipo de cuidado para evitar complicaciones.
A continuación el Dr. José Inostroza, responde las preguntas más frecuentes en torno al cuidado de esta zona de tu bebé.
Preguntas frecuentes sobre el cordón umbilical del bebé
¿Puedes bañar al recién nacido en tina?
El baño líquido debe esperar hasta 3 a 4 días después de que se ha caído el muñón de cordón umbilical. Una vez sucedido esto, recomendamos para un mejor pronóstico de la piel del bebé que se bañe al niño cada tres o cuatro días, ya que el agua saca la capa grasa que protege la piel y aún más el jabón.
¿En cuánto tiempo luego del nacimiento se debe caer el muñón?
El tiempo en que demora la caída del cordón es un poco variable, existiendo un promedio de 7 a 10 días.
¿Cómo se debe asear el espacio que ocupa el cordón umbilical?
El aseo debe ser diario, entre 1 y 2 veces al día, idealmente en el momento de cambiar el pañal al bebé. Primero se deben limpiar las deposiciones, si existen, y antes de poner el nuevo pañal, se realiza la limpieza del cordón umbilical.
Para esto se debe utilizar alcohol al 70% (no puro ya que es muy fuerte para la piel del bebé), manipulando con cuidado la zona, con un algodón o una gasa (en la mayoría de las clínicas estos artículos son entregados en el alta médica para continuar con la limpieza en casa). La limpieza debe hacerse con tocaciones y no arrastrando o frotando el cordón (entre la que se puede percibir sangre seca). Es importante tener claro que si bien al bebé no le duele, si le pude producir molestia y esto irritarlo al momento de la limpieza.
El alcohol es utilizado en este procedimiento ya que tiene propiedades astringentes, va secando la zona del cordón umbilical y va haciendo que la retracción de la piel sea mejor.
¿El muñón debe limpiarse cada vez que cambiamos el pañal al bebé?
No siempre. La frecuencia con la que se cambia el pañal es variable, ya que un bebé puede tener hasta ocho deposiciones al día y evidentemente si el cordón se ensucia hay que asearlo, pero no es necesario hacer limpieza de éste cada vez que se realiza aseo genital.
¿Qué consecuencia puede tener la poca higiene del muñón?
El principal problema que acarrea una mala limpieza del muñón es que se infecte. A veces al no ser una barrera de piel segura entran gérmenes que se multiplican en el celular subcutáneo y aparecen infecciones.
¿Cómo podemos reconocer que esta zona está infectada?
Si bien, es posible que aparezca secreción o no, lo fundamental para advertir una infección del muñón es detectar que la zona se vea enrojecida y sensible al tacto. También la aparición de un rodete inflamatorio, acompañado de molestias generales en el bebé. A veces se acompaña de fiebre y rechazo alimentario, señales que nos alertan que la situación es compleja.
¿Cuál es el tratamiento para bebés con la zona del cordón umbilical infectada?
El tratamiento corresponde realizarlo cuando presenciamos molestias generales. En estos casos se requerirá de su hospitalización, ya que los bebés, en especial en menores de tres meses, tienen dificultades para enfrentar adecuadamente algunas infecciones bacterianas, y en ese contexto requieren de un cuidado que hace sugerible su hospitalización.
Asimismo, no se recomienda el uso de cremas tópicas ni ningún otro elemento que no sea previamente indicado por el pediatra, esto debido a que en pocas horas esta infección se puede complicar, y eso en un recién nacido es sumamente delicado.
Si percibimos un líquido secretado ¿es posible que se trate de una infección?
No necesariamente. La fibrina, el material que sella el ombligo, a veces tiene un aspecto un poco adherente como si fuera algo no adecuado, pero es la proteína de sello que se coagula y que tiene este aspecto, si no aparecen cambios en la piel y el recién nacido está sin ningún dificultad no hay ningún problema.
¿Es debe usar bandas que aprieten el ombligo?
No se recomienda el uso de ese tipo de elementos ahora. Antes se utilizaban estas “fajas” ya que muchas veces en el cordón umbilical quedaba una Hernia Residual (se percibe contenido intestinal desde el cordón) que en un altísimo porcentaje de casos sana, se retrae y cura sola. En la actualidad es muy poco frecuente que casos como estos requieran por ejemplo de cirugía.
En resumen, el uso de las bandas abdominales no aceleran el tratamiento ni mejoran el pronóstico del recién nacido; por el contrario hemos visto, ocasionalmente, que el uso de esos materiales generan una reacción a la piel que nos complica el la evolución del ombligo.
¿Cómo saber si mi bebé tiene una infección?
Existen cuatro alteraciones que pueden aparecer en el ombligo del recién nacido y a las que los padres deben prestarle atención:
- Granuloma Umbilical: en algunos casos, después de que se cae el cordón, la zona puede inflamarse ligeramente. Esto puede generar la aparición de una protuberancia de apariencia normal en el interior del ombligo.
- Sangrado del Cordón Umbilical: es común que se observen unas gotas de sangre en el punto de separación, debido al roce del pañal. Pero si el sangrado es continuo y las manchas muy grandes hay que consultar a la brevedad.
- Humedad o Exudación Umbilical: el ombligo presenta una humedad o exudación e incluso, puede tener algo de pus en su superficie. Esto puede deberse a una infección incipiente.
- Desprendimiento tardío: lo normal es que el cordón se desprenda dentro de las tres primeras semanas de vida.
¿En qué momento disminuye el riesgo de infección?
Tras la caída del cordón, el riesgo de infección persiste hasta que el ombligo cicatriza completamente. Por esto, se debe seguir con los mismos cuidados y vigilancia hasta que la gasa que lo cubre se observe limpia.
¿Qué hacer después de la cicatrización?
Cuando el ombligo cicatriza, la madre puede comenzar a bañar al bebé con total normalidad; si se acumula suciedad en sus repliegues, puedes separarlos sin miedo para poder limpiarlos.
¿Cuándo consultar al médico?
- Si a las tres semanas de nacido aún no se ha desprendido el cordón umbilical.
- Si cuatro días después de caer el cordón aún mancha la gasa.
- Si se observan secreciones amarillentas o malolientes.
- La piel que rodea el ombligo se enrojece y parece doler.
- Sangra de modo continuo.
¿Las infecciones en el ombligo tardan en sanar?
Si bien las infecciones del ombligo son poco frecuentes pueden diseminarse muy rápidamente en el recién nacido.
Recomendaciones
- Es recomendable dejar secar el cordón al aire libre, es decir, sin taparlo con gasas, vendas o ropa.
- Es fundamental seguir los consejos del neonatólogo o la matrona sobre el cuidado del cordón umbilical.