Cada mujer tiene un embarazo único, no es comparable con el de otras mujeres porque cada una tiene características físicas, emocionales y biológicas que hacen que su embarazo sea especial.
Una mujer durante el embarazo debe consumir un aproximado de 300 calorías extras, esto quiere decir que si antes de la gestación consumía 2000 calorías con el embarazo consumirá 2300 diarias.
“Una mujer durante su proceso de gestación sube entre 9 y 12 kilos, sin considerar antecedentes previos al embarazo como nivel de sedentarismo, enfermedades concomitantes, peso previo entre otros factores desarrollados en la salud antes del proceso gestante”, explica Daniela Maisto, kinesióloga.
La dieta de la mujer gestante debe estar encaminada a suplir las necesidades nutricionales de la madre y el bebé y debe cumplir tres principios:
- Un aporte extra de energía: para hacer frente al desarrollo físico del feto y a los cambios del organismo materno.
- Mantener un equilibrio adecuado entre los macronutrientes: consumir alimentos procedentes de los hidratos de carbono y grasas.
- La ingesta de proteínas: asegurando así el aporte de los aminoácidos necesarios para la construcción del tejido fetal.
Normas básicas de alimentación
- Seguir una dieta sana y equilibrada (recomendada por tu doctor).
- La embarazada no debe comer por dos.
- Comer varias veces a día porque el bebé tiene que recibir los aportes necesarios.
- No se deben saltar comidas.
- Es mejor comer poco pero de forma frecuente.
- Masticar los alimentos correctamente.
- Si es necesario un control de peso, reducir la cantidad de todos los alimentos (dependerá de lo que indique su médico).
- Consumir una cantidad de líquido normal (el doctor por lo general sugiere cuantos litros de agua debe tomar diario).
- Evitar bebidas alcohólicas, gaseosas y dulces, (los dulces pueden ser consumidos pero no en exceso).
- Condimentar sus comidas sin colorantes.
- Reducir la cafeína o el té.
El estado nutricional de una embarazada es muy importante en el crecimiento y desarrollo del niño, por lo tanto un sustento equilibrado es primordial en todas las etapas de la vida, pero durante el embarazo lo es aún más.