El embarazo es una de las etapas más bellas para una mujer, pues le permite llevar en su vientre un ser humano que luego se encargará de acompañarla durante varios años, para crear un vínculo único a prueba del paso del tiempo.
Por esa razón, una mujer en estado de gravidez debe evitar el consumo de aquellos medicamentos que perjudiquen la gestación, ya que es una etapa que debe disfrutarse al máximo.
Facemamá, portal orientado a educar a padres y niños así como a otros miembros del grupo familiar, te dará a conocer cuáles son los fármacos que se deben evitar al momento de estar encinta, pues según estudios clínicos, ellos tienden a generar efectos secundarios que ponen en peligro la vida tanto del bebé como de su futura mamá, razón por la que hay que evitarlos a toda costa.
Medicamentos prohibidos en fase de gestación
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que recientemente anunció un plan para que la humanidad encare la post pandemia, reveló al diario ABC de España los nombres de los productos que se deben evitar durante el embarazo. Ellos son omeprazol, antihipertensivos, anti-inflamatorios no corticoides, así como los anticonceptivos orales”.
“Hay un gran porcentaje de medicamentos que llegan al feto a través de la placenta de la misma manera que lo hacen el oxígeno y los alimentos. Por esa causa, pueden perjudicar el correcto desarrollo del feto y ocasionarle lesiones o incluso la muerte”, explicó Elkin Muñoz, médico español, al mencionado portal, quien les pidió a las féminas no emplear acetaminofén, amoxicilina, azitromicina e ibuprofeno”.
“Los fármacos pueden influir en la placenta, generando en el futuro bebé problemas como bajo peso al nacer o un menor desarrollo. Además pueden generar partos prematuros debido a un mecanismo de contracción de los músculos del útero”.
¿Cuándo se deben usar fármacos?
Muñoz, quien en 2017 llegó a ser el director de la Clínica IVI Vigo y La Coruña, aseveró que las embarazadas pueden tomar alguna medicina, sólo cuando un ginecólogo de confianza lo autorice, pues este galeno debe tener conocimiento absoluto de su cuerpo para determinar si el mismo producirá o no reacciones alérgicas.
“Lo que está claro es que cualquier información y consulta relacionada con la administración de medicamento tiene que realizarse siempre y cuando lo ordene un especialista, huyendo del autodiagnóstico y la automedicación, e incluso de esos vecinos, amigos y familiares de cabecera que prescriben por su cuenta, basándose en su propia experiencia”, añadió Muñoz.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a las futuras mamás a trabajar estrictamente con aquellos productos farmacéuticos que hayan sido elaborados por laboratorios de calidad, pues en caso contrario quedarían expuestas a posibles peligros, ya que no gozarían de seguridad y confianza por parte de los pacientes.
El ente recomendó no usar productos para tratar otras patologías, mientras una dama se encuentre en la dulce espera porque sería contraproducente para el desarrollo de su bebé.
“No debemos obviar los efectos que pueden tener algunas vacunas sobre el feto y la placenta, como son la del sarampión, varicela, rubéola, paperas, poliomielitis y fiebre amarilla. Esos medicamentos deben ser usados tras descartar daños secundarios, es decir, deben ser seguros, porque de lo contrario pone en riesgo a una mujer y al feto”, concluyó Muñoz.
