En cualquier época del año es indispensable cuidar de nuestra salud, tomando en cuenta que cada estación del año es distinta y por ende debemos tomar precauciones diferentes, sobre todo durante el embarazo.
La llegada del invierno trae consigo las bajas temperaturas que generalmente ocasionan enfermedades respiratorias, que se vuelven de cuidado en este período de vida de la mujer. Entre las más comunes de estas afecciones encontramos la gripe (catarro) y el resfriado.
Las mujeres embarazadas que sufren de hipertensión arterial deben tener mayor cuidado con el invierno. Los problemas de tensión pueden ser provocados por el embarazo, o puede ser un problema crónico previo a la gestación, que se acentúa con el invierno y al no ser supervisado medicamente puede convertirse en factor de riesgo para la madre y el bebé.
¿Qué se debe hacer?
- Tanto el frío excesivo como los golpes de calor, son malos compañeros del embarazo, se recomienda que la madre tome precauciones previamente antes de salir a dar un paseo.
- También es aconsejable no exponerse en lugares cerrados, superpoblados y sin ventilación.
- Evitar en lo posible el contacto directo con alguna persona que esté pasando por una gripe, resfrío o cualquier infección, aunque sea digestiva, estas son enfermedades contagiosas.
- Eludir los cambios bruscos de temperatura.
- Una mujer embarazada debe tener sus propios utensilios (vasos, platos, cubiertos).
- Lavarse las manos correctamente luego de haber estado en tren, bus o cualquier medio de transporte público.
- Es ideal consultar con el ginecólogo a cargo sobre las vacunas contra la gripe, esto para evitar su contagio, sin embargo, será el especialista la persona indicada para determinar si es precisa la vacuna y en qué momento del embarazo.
Si llegó el invierno y con él la gripe, las recomendaciones son:
- Darse duchas con agua tibia y evitar que el cuarto de baño esté frío en ese momento.
- Tomar abundante agua.
- En caso de decaimiento, fiebre, dolor de cabeza y malestar general, se deben tomar días de reposo y consultar con el médico sobre los fármacos que se pueden administrar.
- Cubrirse la nariz al toser o estornudar para evitar la propagación de las bacterias.
- Mantener la casa con una temperatura cálida.
Las bajas temperaturas maximizan la presencia o predisposición de algunas afecciones y patologías, donde las mujeres embarazadas pertenecen al grupo más vulnerable, es por esta razón que los cuidados deben incrementarse en los meses más fríos del año. Por más mínimo que parezca el síntoma, es necesario consultarlo con el especialista.