La mujer que planea quedar embarazada debe comenzar a tomar ácido fólico, pues este medicamento es una ayuda indispensable durante el embarazo, ya que previene defectos de nacimientos. El ácido fólico pertenece al grupo de las vitaminas B y su función es la de reducir los riesgos de presentar defectos del tubo neural, es decir, aquellos problemas que puedan surgir en el cerebro o en la médula espinal. Pero ¿Qué sucede cuando el ácido fólico es consumido de forma excesiva?
El ácido fólico cumple una extraordinaria función (hacer que el niño se desarrolle correctamente) siempre que se tome antes de la concepción y en las primeras semanas de embarazo. Especialistas indican que es indispensable durante los primeros meses de embarazo porque los defectos del tubo neural suelen aparecer en el feto durante las primeras cuatro semanas de gestación; lo que quiere decir que las posibles alteraciones neuronales se producen antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.
Un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche advierte de que el consumo de altas dosis de ácido fólico durante la gestación tiene efectos perjudiciales relacionados con la psicomotricidad del bebé.
El estudio, publicado en la revista JAMA Pediatrics, se basaría en los resultados obtenidos por el Estudio INMA (Infancia y Medio Ambiente). Este estudio incluyó a mujeres embarazadas de diferentes zonas de España entre 2003 y 2008. Asimismo, también se recabó información sobre unos 2.213 niños al nacer y tras un año.
El estudio observó dos factores a tener en cuenta:
- Para comenzar, los investigadores vieron que gran parte de las mujeres no toma la dosis recomendada de ácido fólico por prescripción de su ginecólogo, algo que tampoco es del todo recomendable.
- Pero la sorpresa vino cuando observaron que el 25% de las mujeres ingieren dosis superiores a los 1.000 microgramos por día de suplemento de ácido fólico.
En este segundo factor, los especialistas advirtieron que aquellas mujeres que tomaban dosis superiores a los 5.000 microgramos durante el embarazo se encontraban posteriormente con un problema; y es que al parecer, sus hijos obtenían una puntuación estadísticamente inferior en las Escalas Bayley, las cuales miden el desarrollo neuropsicológico infantil. Concretamente, los pequeños tenían una media de -4,35 puntos.