Un tatuaje puede ser un disparate para los padres, pero es atrayente para los jóvenes. Si tienes un hijo adolescente, quizás te hayas enfrentado a una situación parecida. ¿Cómo reaccionar?
Primero trata de ponerte en su lugar: ¿Por qué quiere un tatuaje? ¿Qué tipo de dibujo quiere? ¿Dónde pretende tatuarse? Después de conversar con él, puedes considerar algunas cosas.
- El factor moda
Hazle ver que lo que se tatúe lo acompañará para siempre, y que si quisiera borrarlo sería muy doloroso y caro. Además, lo que le guste hoy, quizás no le guste en 10 o 20 años más. Explícale que tomar una decisión influida por la moda o la emoción puede llevarlo a arrepentirse después.
- El factor apariencia
Quizás no lo piense ahora, pero en algún momento tu hijo querrá conseguir un empleo, se enamorará o tendrá hijos. Dile que piense bien si sus tatuajes podrían influir en lo que haga en el futuro o en lo que los demás piensen de él.
- El factor dolor
¿Realmente está al tanto de lo que duele un tatuaje? Muchas veces al contarle que hay agujas implicadas, disminuyen las ganas de dibujarse el cuerpo con tinta.
- El factor salud
Es uno de los aspectos más importantes de mencionar, ya que existen riesgos asociados a los tatuajes, ya sea por una mala higiene de un centro no autorizado o por el uso de agujas no esterilizadas. Menciónale que podría contraer incluso una enfermedad tan terrible como el SIDA. Recálcale la importancia de buscar un lugar que respete normas de higiene.
Y, ¿por qué no un tatuaje temporal?
Una opción menos dolorosa y económica es un tatuaje temporal. Puede servir para probar un tipo de dibujo o patrón, para asegurarse de la decisión.
Si después de todo lo conversado, tu hijo todavía quiere tatuarse, tendrán que llegar a un acuerdo como familia, respetándose mutuamente. SI sigues estos consejos, no te arrepentirás de no haberlo ayudado a analizar los pros y contra de su decisión, y le demostrarás que realmente te preocupas por su seguridad. Eso le dará herramientas para crecer y pensar bien antes de actuar.