El dulce sonido de un bebé durmiendo profundamente. Probablemente te sientas aliviado cuando se duerman; ¡finalmente puedes descansar también! Pero otra razón para sentirte bien con tu pequeño en reposo es que el sueño del bebé también juega un papel importante en el desarrollo del cerebro infantil.
La hora de dormir y la siesta son períodos muy productivos para tu bebé. Los bebés pasan el 80% de su tiempo en sueño activo mientras están en el útero. Desde el nacimiento hasta los 2 años, los niños pasan más tiempo dormidos que despiertos.
El 40% de la infancia se pasa durmiendo
La mitad de su sueño está en la fase activa (sueño REM) hasta los 6 meses de edad. No por casualidad, es durante estas primeras fases de la vida cuando el cerebro está más ocupado creciendo.
Fases del sueño del bebé
Al igual que los adultos, tu bebé pasa por dos tipos principales de sueño: activo (movimiento ocular rápido, también conocido como REM) y tranquilo (no REM).
- Sueño activo. Se establecen conexiones neuronales o cerebrales clave. El cerebro literalmente establece las pistas de todo lo que aprende, eliminando las conexiones poco utilizadas. El sueño activo es cuando soñamos.
- Sueño tranquilo. Los músculos reciben un mayor suministro de sangre, se restaura la energía y se produce el crecimiento y la reparación de los tejidos.
Importancia del sueño del bebé
La realidad es que durante el sueño del bebé ocurre una enorme cantidad de desarrollo físico y mental. Una capa esencial de grasa llamada mielina se forma alrededor de las fibras nerviosas durante el sueño, y una investigación reciente muestra que las conexiones entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro de los niños se fortalecen durante el sueño.
Estos desarrollos ayudan a madurar las funciones cerebrales. También influyen en habilidades críticas como el lenguaje, la atención y el control de los impulsos. La actividad cerebral durante el sueño tiene un efecto directo en la capacidad de aprendizaje del niño y puede incluso afectar los trastornos del desarrollo y del estado de ánimo. En pocas palabras, el sueño fortalece el cerebro de su bebé.
5 formas de apoyar el sueño del bebé
Ahora que conoces la importancia del sueño para tu bebé, ayúdalo a descansar lo que necesita para un desarrollo cerebral fuerte. Aquí hay cinco sencillos pasos.
Reconoce la importancia del sueño
El sueño es tan crucial como una nutrición adecuada para apoyar el desarrollo cerebral de tu bebé. Un estudio canadiense de niños pequeños descubrió que aquellos que dormían más tenían mejores funciones y habilidades, incluida la capacidad de prestar atención, establecer metas y permanecer concentrados.
Conoce los signos de la somnolencia
Los signos de sueño del bebé pueden variar según la edad y la personalidad. Algunos pequeños usan gomas para los ojos, mientras que otros se ponen quisquillosos.
Ponlos en la cama somnolientos versus profundamente dormidos
Con el tiempo, esta estrategia puede ayudar a tu bebé a aprender cómo volver a dormirse por sí solo cuando se despierte. Todos los bebés se despiertan brevemente entre sus ciclos de sueño de 1,5 a 2 horas. Si meces a tu bebé para que se duerma, es posible que te espere cuando se despierte por la noche.
Pañales
Algunos expertos creen que los bebés menores de 6 meses duermen mejor cuando están envueltos en una manta. Otros dicen que los pañales apretados interfieren con el desarrollo de las caderas. Si desea intentar envolverlo, hable con su médico sobre cómo hacerlo correctamente para que la manta no esté demasiado suelta, no cubra la cabeza o inhiba la respiración.
Aproveche al máximo la alerta, el tiempo despierto.
Al proporcionar cosas interesantes para que tu bebé interactúe durante el día, es más probable que duerma bien por la noche. Puedes hacer esto teniendo conversaciones divertidas, llevándolos afuera para que vean las vistas y dándoles juguetes coloridos.
Al despertarse para comer
Entre más pequeños son los lactantes, más momentos de alimentación tendrá durante el día. El Dr. Gambarritti, sostiene que “un recién nacido no debe pasar más de tres horas sin alimentarse, por riesgo a sufrir una hipoglicemia, sobre todo durante los primeros días. Al transcurrir las semanas la leche materna va teniendo más materia grasa lo cual le permite periodos más largos de saciedad”.
Las primeras semanas serán fundamentales para conocer los ciclos del bebé y para saber si ocurre algo que sale de lo habitual.
Otra situación común en el ciclo de sueño y lactancia del bebé es que el bebé no se quiera despertar, he aquí donde tenemos que emplear todas nuestras técnicas para conseguir una lactancia efectiva. Algunas de las recomendaciones de Dr. Gambarritti son “estimular la boca del niño con el pezón, al abrirla hay que introducirlo para alimentarlo; el pezón debe quedar dentro de la boca y los labios del bebé rodear la areola (zona oscura de la mama)”.
Sin embargo, no hay que sentarse a esperar que el bebé despierte ya que en palabras del especialista “es recomendable que si el recién nacido no se está alimentando de forma adecuada o cuesta despertarlo para alimentarse hay que consultar con su pediatra para descartar que no exista ninguna patología”.
No duerme después de comer
Si el problema es que después de darle pecho a tu recién nacido, lo acuestas a dormir pero se pone a llorar, no necesariamente la solución sea seguirlo alimentando.
El llanto se produce por diversas causas: porque está incómodo en la posición que lo acostaste; está aburrido; quiere jugar, tiene gases o que debido a un rápido crecimiento deba tomar una dosis más grande de leche.
¿Cómo ayudarlos a lograr un sueño adecuado?
Ten presente los siguientes consejos para conseguir un descanso óptimo en tu hijo:
- Ambiente adecuado de sueño.
- No sobre abrigarlo.
- Mantener un ritual a la hora de dormir que puede ser con un baño y masajes mientras se le habla o canta suavemente, pijama y dormir.
- Evitar estímulos previos a dormir (sonidos, juegos, actividad).
- Los rituales van a ser muy importantes cuando vaya creciendo y su período de vigilia sea mayor.
Las primeras noches de sueño del bebé
En la mayoría de los casos los padres primerizos no quieren perder de vista en ningún momento a su hijo, y es por eso que adquieren la costumbre de dormirlo en sus camas para así vigilar el sueño del bebé.
Si bien es cierto que es importante estar atento a él en caso de que pueda necesitar algo durante la noche, se debe tener las debidas precauciones para que no surja ningún inconveniente evitable.
Dormir con los padres
A veces este acto ocurre casi en forma automática, a penas el bebé llega a la vida de los padres duerme con ellos en la misma cama durante muchas noches. Puede que la mamá prefiera dormir con su hijo para estar cerca en caso que necesite algo o que llore mucho.
El hecho de tenerlo a su lado, evita que ella se tenga que levantar en la noche a ver qué le sucede al pequeño. Es más, puede saber inmediatamente si existe tiene alguna incomodidad que distraiga el sueño del bebé.
Cuando madre e hijo duermen juntos, sus movimientos y respiración se sincronizan, cada acción que haga uno, afecta al otro. Ambos están en alerta ante cualquier actividad. Es común escuchar que dormir con los padres no es bueno porque pueden aplastar o ahogar al bebé mientras duerme. Por eso, hay que tener en cuenta ciertas recomendaciones para evitar un accidente:
- Ubicar al bebé de espalda y sobre una superficie firme.
- Evitar almohadas o peluches que puedan asfixiarlo.
- Si los padres presentan obesidad, es de mayor cuidado
- En caso que la mamá tenga el pelo largo, es bueno que se lo ate, así evitará que el pequeño se estrangule. Lo mismo con lazos que tengan los pijamas.
- No dormir con el recién nacido si los padres son fumadores, consumen drogas o alcohol.
- No abrigar demasiado al menor.
Cuna en la habitación de los padres
A veces sucede que el bebé duerme en la misma habitación que los padres, pero en una cuna cercana a la cama de ellos. Es otra forma que tiene la mamá de tener cerca al bebé en caso de algún inconveniente.
Si bien en esta práctica el bebé duerme solo y no hay posibles riesgos de ser aplastado por sus progenitores, también hay que tomar precauciones respecto a la cuna:
- El colchón debe estar totalmente ajustado a la cuna, ya que en caso de haber un espacio, el bebé podría quedar atrapado. También debe ser firme y duro.
- No debe haber ropa suelta en la cuna, ya sean sábanas o alguna prenda de vestir. Esto puede hacer que el bebé se enrede.
- Es bueno que el pequeño quede con su cabeza descubierta. Una forma segura para lograr esto es usando una bolsa de dormir especial para bebés, donde su cuerpo queda cubierto, pero su cara queda libre para poder respirar.
Con la cuna en la pieza de los padres, la madre también puede atender las necesidades de su hijo, sin estar pegada a su lado o sin el temor que ocurre cuando duermen con él.
La rutina es fundamental para los bebés
Les fomenta la seguridad y la capacidad de predecir lo que va a pasar. Si todos los días se repite esta rutina, el bebé sabrá que es la hora de dormir y, sin duda, su ritmo de sueño se estabilizará.
Ten presente que cada bebé es diferente, recuerda que:
- Algunos bebés duermen de maravillas y su ritmo de sueño se adapta a su familia sin problemas.
- Aunque hayas probado una técnica con uno de tus hijos, puede que no sirva con otro.
- Si no te sientes cómoda con un método en particular, cámbialo, o rescata los consejos que te sirvan.
- Haz caso a tu instinto. Muchas familias crean sus propias rutinas para dormir a sus bebés.