El vínculo que se establece entre la madre y los hijos inicia desde su vientre, todo lo contrario de los padres. Los hombres inician un vínculo con sus pequeños mucho después de su nacimiento, aunque algunos especialistas creen que esto puede ser algo muy relativo.
Las grabaciones se hicieron poco después del nacimiento de los bebés, cuando aún estaban en el hospital y después a las 44 semanas de nacidos y a los siete meses. Luego de más de 3,000 horas de grabación, los científicos llegaron a la conclusión de que cuando los bebés hacían sonidos las madres respondían más que los padres, debido tal vez a la respuesta de las madres, tanto los niños como las niñas respondían más a sus madres o a voces femeninas cuando eran contemplados.
Un amor que renace cada segundo
El vínculo de la madre con su bebé nace y renace cada segundo y esto se debe a que es la madre quien está presente y ayuda al bebé en las cosas más esenciales:
- Durante la lactancia.
- El cambio de pañales.
- Está presente a la hora de dormir, de pasear, de llevarle en los brazos.
Los padres deben tomar en cuenta que para crear un vínculo afectivo no necesariamente se necesita cambiar el pañal o dar pecho, también se puede crear vínculos de amor inseparables a través del tacto, del juego, de llevarle a dormir junto a la madre, atenderle o hablarle todo el tiempo posible.
Es fundamental para el desarrollo emocional del bebé que tanto la mamá como el papá establezcan un canal de comunicación y un vínculo estrechamente afectivo con él. Cuando un bebé se desenvuelve desde su nacimiento en un entorno de amor existen grandes probabilidades de tener niños emocionalmente estables y amorosos.