¿Es mejor que el niño utilice un chupete o succione su dedo? es una de las preguntas más frecuente que hacen las madres durante una consulta pediátrica. Muchos especialistas consideran que el chupete puede considerarse un medio gratificante para apagar el deseo de succión, que está muy vivo en el niño durante sus primeros meses de vida.
Una investigación publicada en la revista British Medical Journal puso de manifiesto que el uso del chupete durante el sueño, entre los 2 y los 12 meses de vida, reduce notablemente el riesgo de que el bebé sufra el síndrome de muerte súbita del lactante, ya que la succión del chupete y tragar mantiene abiertas las vías respiratorias.
Por otra parte, es importante tener presente que el bebé siempre va a chupar dedo a consecuencia del reflejo de succión, esto le permitirá sentirse tranquilo, calmado y además puede llegar a proporcionarle seguridad.
Beneficios al succionar el dedo o el chupete
- Ayuda a conciliar el sueño y a dormir bien y tranquilo.
- Ayuda a descargar la tensión y el estrés.
- Hace que el bebé se sienta seguro y protegido.
- Proporciona mucho placer.
Posibles consecuencias si este proceso se prolonga por mucho tiempo
Hay que tener en cuenta que el chupete o el dedo pueden deformar las arcadas dentarias, si esta costumbre se prolonga por más de tres años, y si la conformación de la boca y de los dientes del niño está constitucionalmente predispuesta a sufrir este riesgo.
¿Chupete o dedo?
La ventaja del chupete es que los padres pueden dosificarlo, es decir, pueden habituar al niño a utilizarlo sólo en determinados momentos estratégicos, como antes de ir a dormir. Además los padres pueden darle el mantenimiento adecuado para su desinfección. Todo lo contrario del dedo, pues el pulgar siempre está a su disposición. Sin duda, el chupar el dedo puede traer mayores consecuencias a nivel dental y de infecciones.