Los niños desde sus primeros meses de vida aprenden a moverse en el agua, incluso mucho antes que de andar o gatear. Esto podría relacionarse con el conocer bien este medio, ya que han vivido en un líquido similar durante sus nueve meses de gestación. Te explicamos todo sobre la matronatación y sus grandes beneficios.
La matronatación se conoce por la interacción que existe entre un niño y el medio acuático, guiado por personas especializadas y familiares del niño. La matronatación aporta una serie de bondades claves para el desarrollo de los más pequeños de la casa.
Esta actividad es llevada a cabo junto a un profesional y los padres del pequeño. La participación de la madre y el padre juegan un papel fundamental.
Este tipo de actividad se puede llevar a cabo durante los primeros cuatro meses de vida, aunque algunos especialistas en el tema aseguran que la edad para que los bebés comiencen a recibir clases de matronatación no está claramente definida. Se aconseja después del cuarto mes por el hecho de que a esa edad es cuando termina de madurar el sistema inmunológico de los niños, y el riesgo de padecer infecciones como otitis o resfriarse es menor.
Lo que se busca con la matronatación es que a través de técnicas especializadas los bebés se familiaricen con el medio acuático y que aprendan, con el paso del tiempo, a nadar, a flotar y meter la cabeza dentro del agua sin miedo alguno.
Perdiendo el miedo: beneficios de la matronatación
- Los niños que practican la matronatación pierden el miedo al agua, y aunque son muy pequeños para adquirir y desarrollar autonomía para nadar, con el tiempo será muy fácil practicar la natación con mayor seguridad.
- La matronatación no se trata de enseñar a nadar al pequeño, sino de estimular y reforzar el vínculo emocional y la confianza entre padres e hijos utilizando el medio acuático.
- Ayuda al bebé a relajarse, la matronatación favorece que se le abra el apetito, que esté de buen humor y concilie mejor el sueño.
- Mejora la movilidad y el rendimiento muscular.
- Está demostrado que la natación fortalece el corazón y los pulmones, y refuerza las defensas del pequeño.
- El agua estimula la capacidad de juego del pequeño, lo que en el futuro repercutirá positivamente en el aprendizaje.
Antes de iniciarse en la estimulación acuática, es imprescindible consultar con el pediatra si el pequeño está preparado para ello.