Seas madre, padre, familiar, amigo o desconocido del bebé, seguramente al toparte de frente con un pequeño no puedes evitar hablarle tratando de infantizar tu voz, se trata de un comportamiento común, sobre todo en los progenitores sin importar la cultura o la edad.
Estudios han demostrado que en casi todos los países del mundo, los adultos cambian su tono de voz al dirigirse a un bebé, utilizando a su vez más disminutivos de lo habitual.
Se trata de un fenómeno que han denominado como “lenguaje infantilizado”, donde no sólo usamos tonos de voz más agudos, además utilizamos un tono emocional, oraciones cortas, recortadas o simples, repetimos frases, hablamos despacio o silabeado, enfatizamos una que otras palabras y por supuesto exageramos las expresiones faciales.
¿Por qué lo hacemos?
Por increíble que parezca, la mayoría de las veces ni siquiera nos damos cuenta que infantilizamos en tono de voz al hablar con un bebé, ya que lo hacemos de forma involuntaria, esta es una habilidad heredada filogenéticamente y nos facilita la comunicación con los pequeños.
«Se ha demostrado que cuando cambiamos el tono de voz y hablamos más lento, los niños nos entienden mejor ya que como norma ellos procesan la información auditiva dos veces más despacio, en comparación con los adultos.»
De igual manera, al hablarles de esta manera lograremos captar rápidamente su atención, ellos se familiarizan con el tono de voz y saben que la conversación está dirigida a ellos, asimismo, al pronunciar las palabras lentamente, ellos logran desarrollar la capacidad de distinguir nuestra voz de los sonidos de fondo, es decir, comprenden claramente el mensaje y emociones que queremos transmitirles o expresarles.
Razones por las que se cree que el “lenguaje infantilizado” es beneficioso
- Captara la atención del niño.
- Procesan la información auditiva.
- Conectar y aumenta su interés por lo que se le está diciendo (estímulo).
- Ya que el oído de los pequeños es mucho menos sensible que el del adulto, hablar de esta manera logra que el bebé distinga el tono de voz, del ruido exterior.
- Las pronunciaciones exageradas ayudan al bebé a distinguir sonidos y voces.
Asegura la doctora Jenn Berman, autora del libro «Superbebé» (Everest) que «verdaderamente ayuda a que los niños desarrollen el lenguaje en los primeros años. Esta forma de hablar se ha observado en muchas culturas y países diferentes, y a los bebés les encanta. Los estudios demuestran además que los pequeños expuestos a este modo de hablar tienen un vocabulario más amplio y más precisión gramatical».
Recomendación
Los expertos aconsejan minimizar el tono infantilizado a partir de los 18 meses del bebé, a está edad el bebé experimenta lo que se denomina «explosión del vocabulario» y hablar de esta manera puede retrasar sus habilidades lingüísticas.