Una de las cosas más importantes para la salud física, mental y emocional es el sueño, un descanso durante horas de la tarde aumenta la creatividad, estímulo y crecimiento del niño, un hábito que debe construirse desde que se nace.
Juan Juanet, pediatra, explica que: “Si tu hijo no duerme las horas necesarias durante el día no debemos preocuparnos, las siestas y su duración van a depender de la edad de los niños”.
“Un recién nacido por lo general debe dormir de tres a cuatro horas continuas durante el día, pero también hay que tomar en cuenta que si un bebé no puede conciliar el sueño es porque en su entorno ocurre algo que le perturba”, indica Juanet.
Los bebés después del tercer mes cambian sus hábitos al momento de dormir, de forma que durante el día tienden a estar más enérgicos y alertas a lo que sucede a su alrededor.
Durante el sueño el niño desarrolla la hormona del crecimiento, en este periodo de tiempo es cuando el bebé madura el sistema nervioso y sistematiza el desarrollo de sus órganos.
¿Qué hacer si mi bebé no quiere dormir?
Lo primero es ayudar a su pequeño a diferenciar entre el día y la noche, “puede parecer difícil que una madre logre adaptar a un bebé de tan pocos meses al sueño, pero en realidad no es así, el bebé por naturaleza se acopla a todos los hábitos inculcados, es decir, si le das de amamantar y después de eso duras un largo tiempo en un entorno sin ruidos, él automáticamente va a detectar que llegó el momento de tomar su siesta”, dice el pediatra.
Cuando un niño empieza a restregarse los ojitos y a ponerse irritable en el transcurso de la mañana o tarde, o justo después de comer te está indicando que llegó el momento de descansar.
Recomendación
No esperes a que tu niño esté cansado para empezar la rutina de dormir, porque puede agitarse demasiado y le será más difícil descansar.
“Si tu bebé no es muy amigo de las siestas, no te culpes ni sientas que lo estás haciendo mal, lo único que puedes hacer es inculcarle poco a poco este hábito”, explicó el pediatra.