Mamá e hijo: cómo superar la separación

las fontanelas

Cuando llega el momento de volver al trabajo, la separación puede ser un duro golpe para el bebé y para la mamá. Lo mejor que puedes hacer es realizar cambios graduales en su rutina, nunca bruscos.

Aprende el lenguaje del bebé

Debes saber que antes de los 6 meses, los pequeños se resisten a separarse de sus madres. Como no saben expresar sus emociones, quizás no notes lo mucho que le impacta; sin embargo, tienes que estar atenta a ciertas señales como falta de apetito, llanto nocturno, expresión de tristeza (sonríe menos) y volteos de cabeza. Esto es absolutamente normal, por lo que no debes inquietarte. Más bien, dedícale tiempo y atención para que se vaya adaptando de a poco a estas alteraciones en su mundo.

Conserva los hábitos alimenticios

Aunque lo cuiden otras personas, no tienen por qué variar sus menús diarios ni tampoco la manera de comerlos. Si todavía le das pecho, puede ser útil comenzar con un destete parcial un par de semanas antes y seguir amamantándolo una vez en la mañana o la noche cada día.

Mantén los ritmos de sueño

El cuidador del niño debe amoldarse a los ritmos de sueño del pequeño, respetando la hora en que despierta y las rutinas para dormirse. Puedes indicarle cómo mecerlo para que se adormezca, o qué melodías le gusta escuchar antes de caer en brazos de Morfeo. También puedes mostrarle los peluches o el objeto de seguridad preferidos para acostarse en paz. Si debes llevar a tu hijo a otro lugar, quédate con él al principio, por un par de horas si es posible, para transmitirle seguridad en este nuevo entorno. De esa manera, el bebé sabrá que las nuevas instalaciones o personas que están a su lado cuentan con tu aprobación.

Procura que el cuidador sea de confianza

Es vital conocer bien al personal del jardín infantil, sala cuna o niñera. Tiene que haber una relación abierta, donde fluya la comunicación. Si tienes alguna duda, no temas preguntar; y si quieres comentar algo relacionado con el desarrollo del bebé, hazlo con toda libertad. No veas la separación como un duelo, sino más bien como el camino a la autonomía de tu hijo. Con un buen grupo de apoyo, el bebé se adaptará a nuevas relaciones personales y tendrá sólidos referentes.

Refuerza tu interés por él al volver a casa

Cuando llegues del trabajo –por muy cansada que estés– tienes que dedicar toda tu atención al niño por unos momentos, retomando las actividades que hacían juntos, como por ejemplo: el baño, la alimentación o el juego. El contacto físico contigo es imprescindible para su correcta evolución. Pero esto no quiere decir que te excedas, ya que ambos deben reposar y respetar los horarios de descanso de ambos. Se recomienda un intercambio afectivo breve pero intenso.


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