Debido al ritmo de vida y complicaciones externas como el ambiente, enfermedades o lesiones, cada vez son más los bebés que nacen prematuramente, lo que ha dado pie a un sinfín de investigaciones con el objetivo de dar mejores opciones de supervivencias sin secuelas, dar una explicación a la prematuridad y además minimizar la repercusión que está pueda tener en el infante en el futuro.
Y es precisamente tomando en cuenta las secuelas o repercusión que puede tener un bebé prematuro a futuro, especialistas han señalado que estos tienen mayor posibilidad de adoptar un carácter más retraído.
¿Se vuelven introvertidos?
Un estudio realizado por el departamento de psicología de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, ha indicado que «los bebés prematuros tienen más riesgo de tener una personalidad más retraída, con dificultades para socializar y en algunos casos a mostrar algunos síntomas de autismo.»
Para la investigación; realizada específicamente en Baviera en Alemania, se observaron a 200 adultos que nacieron antes de la semana 32 de embarazo o que pesaron menos de 1.500 gramos entre los años 1985 y 1986, se compararon con datos de otros adultos de la zona nacidos los mismos años pero a término y con un peso estable, con el fin de determinar la personalidad de cada uno, sin tomar en cuenta el sexo, rasgos, estatus social o nivel de educación.
¿Por qué adquieren una personalidad retraída o reservada?
El autor principal del estudio, profesor Wolke, señaló que dichos rasgos en la personalidad pueden deberse a una reducción de la conectividad de algunas áreas cerebrales del bebé que nace prematuro, sin embargo, también influye la sobreprotección que le dan los padres a sus hijos cuando nacen antes de tiempo.
Si se identifica temprano, los padres podrían estar provistos de técnicas para fomentar las habilidades sociales de su hijo para ayudar a compensar las características de personalidad socialmente retraídas.
No obstante, debemos destacar que la personalidad del niño se define durante los primeros siete años de vida y factores como la crianza, los hábitos, el amor y la educación influirán en cómo será en la edad adulta.
