Las consecuencias de la espina bífida en el bebé tiene directa relación con el lugar preciso de la columna donde se produjo el problema. Es por eso que las malformaciones serán mayores cuanto más cerca de la cabeza se encuentre la lesión. Su origen se encuentra en el tubo neural, que es la estructura embrionaria que da lugar al cerebro y la médula espinal.
El origen
La formación y cierre del tubo neural se produce en torno al día 28 de embarazo pero a veces puede pasar debido a otras razones; falta de ácido fólico en la dieta de la mamá, el tubo neural no se cierra por completo.
Cuando esto tiene lugar el bebé sufre malformaciones en la médula espinal, así como en las vértebras y las consecuencias de una complicación así son muy graves. Cuando la mujer nota que aún no le ha llegado la regla y piensa que está embarazada por lo general el tubo neural ya se ha formado.
Si durante la concepción tiene una falta de ácido fólico, la formación en ningún caso será correcta. Es por eso que médula espinal, sistema nervioso y meninge quedan totalmente al descubierto, faltándoles absolutamente protección ósea en la zona donde se produce la malformación. De esta manera el niño puede nacer con una protuberancia, particularmente en la zona lumbo-sacra.
De la lesión hacia abajo todo son problemas: nivel sensitivo, nivel cutáneo, nivel de esfínteres o de movilidad.
Ácido fólico y la importancia respecto a la espina bífida en el bebé
El ácido fólico es una vitamina B que está presente sobre todo en los siguientes alimentos:
- Vegetales de hoja verde (espinaca.)
- Jugo de naranja.
- Granos enriquecidos.
Diversos estudios han señalado que las mujeres que consumen 400 microgramos por día antes de la concepción y durante la primera fase del embarazo tienen hasta un 70 % menos de riesgo de espina bífida en el bebé.
Niño recién nacido de espaldas
La espina bífida en el bebé se caracteriza por tratarse de una malformación de tipo congénito que causa un gran desgaste del organismo. Las consecuencias que esta malformación pueda tener tendrán directa relación con el lugar preciso de la columna en que se produjo el problema. Es por eso que serán mayores cuanto más cerca de la cabeza se encuentre la lesión.
Tipos de espina bífida en el bebé
La espina bífida en el bebé puede presentarse de dos maneras:
- Oculta. Un 20 por ciento de la población sufre la espina bífida oculta, sin llegar a averiguarlo, aunque, por lo general, hay una hendidura en la espalda; también puede manifestarse a través de un lunar rojizo.
- Abierta. Se manifiesta de dos maneras:
- El meningocele. Se caracteriza por presentar la protuberancia tapada por la piel. No se suele operar, deja menos secuelas en el paciente, pero sí que produce problemas a nivel de esfínteres.
- El mielomeningocele. No está tapado por la piel, pero sí por una delgada membrana que obliga a intervenir al niño, una vez que nace para cerrar la malformación.
Es la más grave y la más habitual, además, en el 90 por ciento de los casos se desarrolla hidrocefalia, por eso hay que colocar una válvula para drenar el líquido y así evitar que no se acumule en el cerebro.
Las consecuencias de la espina bífida en el bebé
- Hidrocefalia. Ésta corresponde a la acumulación del líquido céfalo-raquídeo en el interior de la cabeza, lo que produce un aumento de tamaño.
- Se debe tratar para permitir la salida del líquido.
- Alteraciones ortopédicas.
- Las más comunes. Luxación de la cadera, pie equino, desviación de la columna, la ausencia de movilidad ósea ocasiona fracturas, alteraciones de la función urológica e intestinal, dificultad para el control de esfínteres y de movilidad intestinal.