«No es normal que un bebé no emita sonidos, de hecho los bebés desde su nacimiento producen sonidos que con el paso de los meses se convierten en balbuceo, balbuceos que posteriormente se transforman en sus primeras palabras”, explica el doctor Juan Juanet.
Durante el desarrollo del bebé se van presentando diferentes hitos establecidos por especialistas que deben ser suplidos durante ciertas etapas, si un niño no es capaz de generar sonidos sin duda está presentando algún tipo de problemas que debe ser estudiado por su neonatólogo o pediatra.
Los recién nacidos tienen el poder de escuchar las palabras y sonidos que emitimos al hablar, pero en sus primeros días el pequeño no tiene la capacidad de relacionar lo que está pasando a su alrededor; es durante sus primeros cuatro meses cuando el bebé comienza a relacionar los sonidos y palabras que le ayudan a emitir sus primeros balbuceos.
Por eso, es fundamental que los padres mantengan una buena comunicación con sus pequeños, pues así aumentará el estímulo y la necesidad de hablar del bebé.
«Por lo general después de los cuatro meses de vida, el niño comienza a distinguir los tonos de voz que se encuentran a su alrededor», dice Juan Juanet.
La mayoría de los bebés sonríe cuando el tono de voz es suave o tierno, pero se atemoriza ante un tono de voz alto, allí es donde radica la necesidad de saber comunicarse con los niños, porque aunque no sean capaz de emitir palabras, saben identificar cada tono que utilizas para dirigirte a él.
Una vez que el niño reconoce la voz y las palabras de las personas que se desenvuelven dentro su entorno muestra el deseo de empezar a hablar, realizando movimiento en su boca la mayor parte del día, sobre todo cuando es estimulado por sus padres o familiares.
El especialista recomienda estimular a los pequeños con palabras que identifiquen ciertas cosas o personas, como mamá, papá, mano, agua entre otras, que son esenciales para la supervivencia y desarrollo del lenguaje.
