Es completamente normal que después de alimentarse un bebé sobre todo mientras más pequeño, devuelva leche, debido a que una válvula que está entre el esófago y el estómago no es completamente firme, no se encuentra completamente cerrada en las primeras semanas, por inmadurez y eso va mejorando a lo largo del tiempo.
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Generalmente durante los seis primeros meses los niños presentan reflujo fisiológico, lo que puede ser visto como algo normal y puede durar hasta cerca del año de edad, a lo que el pediatra Pedro Astudillo, agrega “el reflujo puede convertirse en un verdadero problema cuando el pediatra observa que a raíz de esto el bebé no aumenta de peso, notando que los reflujos pueden ser algo generado por una patología”.
¿Por qué se produce?
El reflujo en los primeros meses del año de vida aparece porque el aparato digestivo del recién nacido se encuentra inmaduro y el esfínter que aísla el esófago del estómago no se encuentran cerrado, por ello parte de la ingesta de leche del estómago regresa a la boca.
Consecuencias del reflujo
El reflujo a pesar de ser “normal” en los primeros meses, debe ser evitado para disminuir la probabilidad de riesgos de salud, una de las consecuencias más relevantes es la que se produce cuando logra la alteración de los jugos gástricos que hay en el estómago, ya que estos suben por el esófago cada vez que el pequeño regurgita quemando así sus paredes, que no están listas para tolerar un pH tan ácido. Los ácidos generan una inflamación de este conducto, que dificulta la maduración del orificio superior del estómago, creando otro problema.
¿Todo los bebés sufren de reflujo?
Algunos bebés no presentan reflujo; otros son más propensos, sobre todo si tienen antecedentes familiares de reflujo, si tienen bajo peso o si han sido bebés prematuros.
Recomendaciones
- Puedes intentar colocando la cabeza del bebé más alta en el momento que vaya a ser amamantado.
- Amamantar con tranquilidad al ritmo del bebé.
- Acostar al pequeño de modo que la gravedad ayude a prevenir el reflujo.
