Si quieres sintonizar con tu bebé desde el primer día, lee estos errores que te ayudarán a saber cuáles son los traspiés más comunes de las mamás primerizas para no caer en ellos tú también.
Las mamás primerizas pueden cometer errores por falta de práctica e información ya que, a nadie se le enseña a ser madre, se aprende en la práctica. Si bien, todas las amigas te tratan de brindar el mejor consejo, siempre existirán dudas y problemas sobre las tareas maternales, porque como dice el dicho para aprender a pedalear hay que caerse una y otra vez.
Si quieres sintonizar con tu bebé desde el primer día, lee estos errores que te ayudarán a saber cuáles son los traspiés más comunes de las mamás primerizas para no caer en ellos tú también.
Hacerse la súper woman: Afrontar un parto e inmediatamente después el cuidado de nuestro hijo requiere un enorme esfuerzo físico, mental y emocional. Es normal que existan bajones en los que la madre cree que no puede con todo y quiera mandar todo a la punta del cerro.
Admitir nuestras limitaciones y reconocer que estamos cansadas, y que nos ha costado el cambio de ser madres que deben cuidar del bebé las 24 horas del día ¡agobia y angustia! por la inexperiencia y falta de ritmo. Por lo tanto, ser capaces de pedir ayuda cuando una situación nos colapsa, ayuda a superar el problema y no nos hace más débiles. Al contrario, demuestra que somos humanas con defectos y cualidades que sentimos lo que percibimos a nuestro alrededor. ¡No somos un robot!
Abrigarlo como hijo único: Los recién nacidos tienden a enfriarse, pero si les abrigamos demasiado y salen de casa más se resfrían. Podemos saber si tiene frío si sus manos y pies están fríos que son las zonas que más abrigadas deben estar y si suda por el cuello y la cabeza, es que tiene calor y debemos quitarle ropa.
Mantener toda la casa en silencio para que duerma durante el día: Es verdad que cada vez que nuestro bebé se duerma nosotras aprovechamos ese momento para dormir, pero a medida que el niño crece comienza a percibir la luz del sol y debe habituarse a los ruidos cotidianos de la casa durante el día. Además, si hay un silencio absoluto cuando el niño duerme, cualquier ruido le molestará y le costará más aún lograr dormir placenteramente.
Bañarlo todos los días: Si son bebes muy pequeños y se encuentran en época de invierno los pediatras recomiendan bañar a los bebés dos o tres veces a la semana para que no pase frio.
Dejar que llore para que no se acostumbre a los brazos: Esta teoría de que hay que dejar llorar a los niños porque si no se mal acostumbran no tiene ningún soporte, menos aun cuando son recién nacidos y lo que más necesitan es contención de la madre. Debemos cogerlo en nuestros brazos cada vez que nos necesite y consolarlo e intentar averiguar qué necesita, para que se calme.
No dejar que nadie lo toque: El miedo a que alguien no sepa como tomarlo o se contagie algún resfrío son sensaciones latentes de una madre primeriza, sin embargo, es normal que no queramos que le cojan desconocidos. Si la persona es sensata, no tiene por qué ofenderse.
Raparle la cabeza para que se vea más atractivo y le crezca el pelo más fuerte: Si tienes tu bebé en invierno es fatal cortarle el pelo porque, le da más frio aún. Además no es cierto que el pelo crezca más fuerte: crece exactamente igual.