El sueño representa una función importante para el bebé en todas sus etapas de vida, sobre todo en sus primeros meses, ya que es en esta etapa cuando comienzan a adaptarse a todos los cambios que se producen después de su nacimiento.
Durante sus primeros meses de vida el bebé no identifica correctamente el día de la noche y sus tiempos de sueños duran pocas horas. Ya para el cuarto mes el bebé adquiere ritmos de sueño más estables, siendo capaz de distinguir entre el día y la noche.
Esto significa que el pequeño se mantiene despierto durante el día y que duerme una mayor cantidad de horas por la noche. Te diremos todo lo que tienes que hacer para superar los desafíos que supone esta etapa.
Alternando día y noche
El bebé debe adquirir los ritmos diurnos y nocturnos normales, y con paciencia y cariño puedes ayudarlo a adaptarse. Sigue estos consejos:
Diferencia las tomas
Desde el principio marca la diferencia entre las tomas del día y de la noche. Si bien durante el día la alimentación ocurre en medio de ruidos, voces o música; durante la noche debe respetarse el silencio. Junto a ese ambiente callado, deben permanecer atenuadas las luces, indicándole que es hora de introducirse en la cama.
Luego de la última toma del día, se debe seguir una rutina nocturna: hacerlo eructar, mudarlo, ponerle pijama, acostarlo, darle el beso de buenas noches y, finalmente, apagar la luz. Así captará que el día ha terminado.
Intervalos entre tomas
Disminuye de a poco el número de raciones de leche nocturnas, hasta que se acostumbre a no comer de noche. Cuando el bebé cumple 2 meses, o al alcanzar los 5 kilos, ya dispone de reservas suficientes para no necesitar más que la leche que ha tomado en el día.
Si se despierta y llora, cálmalo haciéndole cariño y sin encender la luz; lo más probable es que luego de unos minutos, o al chuparse el dedo, se calme por completo. Si no se calma prueba dándole leche para que pueda volver a dormir.
Recuerda que antes de cumplir los 4 meses es difícil que el bebé logre dormir corrido, por lo que debes ser paciente y satisfacer sus demandas.
Qué hacer ante sus lágrimas
Los 3 primeros meses, en especial en la 6° semana, el bebé puede llorar sin parar al atardecer (sobre todo entre las 5 y las 11 pm), demostrando que algo le molesta. Si has comprobado que no está enfermo, hambriento ni sucio es porque está sufriendo la conocida “ansiedad del anochecer” o científicamente llamada disritmia vespertina. Cálmalo con mucho amor y paciencia.
No recurras a somníferos
No hay remedios para hacer dormir a los niños, de hecho, estos son riesgosos para su desarrollo cerebral. Igualmente, evita los jarabes a base de antihistamínicos, neurolépticos y benzodiacepinas.
No relaciones su llantos únicamente con cólicos
Si bien los cólicos son comunes en los bebés de esta edad, el llanto no se debe necesariamente al dolor abdominal; los cólicos se producen irregularmente a lo largo del día, no solamente en la noche.
No interpretes su llanto como hambre
El llanto del bebé puede tener varios motivos. Revisa si está incómodo con el pañal o con alguna otra necesidad además de chequear que pueda ser hambre. Lo más importante es que le transmitas serenidad mientras atiendes su inquietud.
Si tu bebé sufre algún trastorno del sueño o en esta su vida notas que el mismo no esta descansando durante largas horas por las noches, te recomendamos que asistas a tu pediatra de confianza para plantearle la situación y este diagnosticará o determinará si tu bebé necesita algún tipo de tratamiento para modificar el sueño nocturno.